Los fondos que el Estado nacional destinó a subsidiar a los sectores del transporte y la energía se incrementaron 1.385% en los últimos nueve años, pasando de $ 12.550 millones en 2007, a unos $ 186.384 millones en el ejercicio pasado.

Dentro del plan de gastos de la Administración Central, estas partidas se conocen como Servicios Económicos y su evolución ascendente con el correr del tiempo -mediante modificaciones presupuestarias en las que no intervino el Congreso-, impactaron en los sucesivos déficits que registra la Nación, por lo menos desde el ejercicio 2011.

En términos globales, si se acumulan todas las transferencias hechas desde 2007, resulta que el Estado subsidió a ambos sectores por unos $ 727.722 millones, un monto que equivale al 50% del stock de deuda pública (medida hasta el tercer trimestre del año pasado -último dato oficial publicado-), y al 81% de la actual deuda intra-sector público.

Y todo esto ocurrió pese a que en uno de los años del período analizado, 2014, funcionarios de entonces anunciaron una “amplia reducción de subsidios”, y la consecuente suba en la tarifa de servicios, lo que, sin embargo, no impidió que la partida de transferencias a los sectores de la energía y el transporte se duplicaran en relación a lo presupuestado al comienzo de aquel ejercicio. 

Desagregado

En 2007, justo el año en que un informe especial de la AGN advertía sobre la necesidad de inversiones para mantener las reservas de energía, el Estado le transfirió al sector unos $ 8.331 millones.

Más allá de lo expuesto por el organismo de control, para 2015 los subsidios a la energía ascendieron a $ 139.679 millones, mostrando una variación del 1.580%, es decir unas 16,8 veces. 

El sector del transporte, por su parte, recibió en 2007 transferencias por $ 4.219 millones, una cifra que en los últimos 9 años creció unas once veces (1.007%), para alcanzar $ 46.705 millones en 2015.