Publicado: 11-10-2014

Opinión

Por Federico Recagno Secretario Adjunto de APOC Secretario Fundación Éforo 

El "ser" argentino está en permanente definición. Construir una identidad nacional se nos dificulta porque la Argentina no es sólo (en términos relativos) un país joven, sino que, permanentemente, a lo largo de nuestra historia, destruimos e incorporamos culturas.

Vamos del pueblo originario al español y al revés. De la inmigración, encabezada en su momento por los italianos y demás europeos, a la actual, en la que hacen punta los pobladores de los países vecinos.

Nos movemos entre lo católico y la piedad popular, entre el fútbol y la economía, entre el campo y las ciudades, entre Borges - Leloir y Maradona - Messi y, ahora, entre Francisco y la viveza criolla.

Encontrar una síntesis de lo argentino en un marco tan amplio y en constante movimiento, es difícil.

La vida es para adelante. No nos queda más remedio que avanzar, pero debemos hacerlo respetando nuestro patrimonio.

Nuestros bienes tangibles, la arquitectura, el arte, la arqueología, la naturaleza, pero también los inmateriales, nuestras costumbres, tradiciones y rituales.

Los argentinos sabemos ser buenos amigos. La amistad representa para nosotros un valor como, quizás, otros pueblos no tienen.
Partamos desde ahí, un buen amigo sabe respetar lo diverso.