Un informe revela serias deficiencias en el control de zonas fronterizas
Mucho se ha denunciado que la frontera argentina, durante el kirchnerismo, se convirtió en "un colador" por la falta de controles efectivos del Estado. Un informe de 2015 que elaboró la Auditoría General de la Nación (AGN) abona esta percepción generalizada: en él se advierte sobre las fallas y los déficits de la tecnología informática de la Dirección Nacional de Migraciones en los distintos puestos fronterizos.

El trabajo de campo se realizó en 2014, durante el gobierno de Cristina Kirchner. En sus conclusiones, advirtió sobre la falta de información en el sistema que registra el movimiento de personas en las fronteras. Entre los motivos, figuran:
-En los pasos fronterizos no informatizados se registran los datos de los migrantes en forma manual y se cargan en las aplicaciones en forma diferida.

-La base de datos de la Dirección Nacional de Migraciones no contiene todos los movimientos de personas.


-La inadecuada infraestructura de tecnología informática en algunos puestos fronterizos provoca caídas del servicio que los ponen en igual situación a los que no están informatizados.

Leandro Despouy, por entonces jefe de la AGN, insistió en la gravedad de las irregularidades detectadas en el informe de auditoría. Y agregó que ya en 2010 la AGN había advertido sobre el ingreso irregular de extranjeros al país "con fines políticos y electorales". Mencionó que "así surgieron muchos asentamientos en el conurbano y, al no haber suficientes controles migratorios, la delincuencia se instaló y vemos ahora las consecuencias".


No sólo la AGN alertó sobre la vulnerabilidad de las fronteras. En la cuenta de inversión de 2015 -que enumera cómo se ejecutó el presupuesto de ese año- se revelan datos llamativos. Por ejemplo, el programa Seguridad en Fronteras, de la Dirección l de Migraciones, ejecutó un 25% más de recursos que los originalmente asignados, pero incumplió varias de las metas previstas.

Según el detalle, ese año se controló un 26,2% menos de vehículos y un 65,6% menos de personas que ingresan y egresan del país que las respectivas metas anuales proyectadas. En cuanto al control del transporte internacional terrestre, se preveía controlar 1.775.025 vehículos, pero la meta ejecutada fue de 1.180.330 vehículos, es decir, un 33,5% menos.