El 2 de abril dejó de ser un día más en el calendario desde 1982. A 40 años del inicio del conflicto bélico entre Argentina y Reino Unido, las heridas no cierran y la fecha es un buen momento para seguir recordando y rendir homenaje a los veteranos y caídos en la Guerra de Malvinas.  

Edgardo Peretti y Antonio Daniel Vázquez apenas superaban la mayoría de edad en 1982. Ambos estaban haciendo la colimba cuando se declaró la guerra y los enviaron a las islas. A su vuelta, ambos se convirtieron en trabajadores de organismos de control y compartieron con El Auditor.info sus recuerdos de esos días, los temores, pensamientos y el después de una experiencia que los marcó para siempre.  

"Éramos los loquitos de la guerra y la gente no sabía cómo tratarnos", recuerda Edgardo Peretti, veterano de Malvinas.

Peretti ingresó al Tribunal de Cuentas de la Nación apenas regresó de las Islas Malvinas. Recuerda que antes de viajar rindió los exámenes para entrar al organismo y, luego de unos meses de finalizada la guerra, lo llamaron para trabajar. Tenía 20 años y en el extinto organismo de control ya estaban al tanto de su situación porque conocían a su padre, un empleado estatal vinculado a los integrantes de la delegación del Tribunal. 

“Siempre me trataron bárbaro. En esa época nadie decía nada de Malvinas, no se tocaba el tema y un poco fue porque hubo una etapa en la que éramos los loquitos de la guerra y la gente no sabía cómo tratarnos. En el trabajo eso no lo sentí, pero sí el famoso ‘de eso no se habla’”, relató Edgardo en torno a sus primeros tiempos en el Tribunal de Cuentas de la Nación.

De a poco, las percepciones se fueron modificando. “Con el correr del tiempo, con cierta reserva y cuidado, eso cambió. Hoy me encuentro con gente que no sabe si saludarme o no por el 2 de abril. Para mí es un orgullo si me llaman o me contactan. Es un camino que recorrí y no fue fácil, pero es un mimo, significa que estás vivo, que la gente no se olvidó”, contó Peretti.

El conflicto armado concluyó el 14 de junio de 1982 con la rendición de la Argentina y provocó la muerte de 649 soldados argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños.

Enseñanzas de vida

Lo vivido en las Islas Malvinas dejó una experiencia de vida para Edgardo Peretti y Antonio "Tony" Vázquez. En ese sentido, Vázquez reconoció que en el plano laboral se le hizo más fácil trabajar en equipo. “Ya sea porque lo lideraba o porque aceptaba los lineamientos de las empresas u organismos donde me tocó trabajar”, argumentó.

Por su parte, Peretti reveló que le quedó el ejercicio de "reconocer fácil” a la gente. “Allá lo notabas más crudamente, pero hay malos tipos en todos lados y hay buenos tipos en todos lados. Lo encontrás en todos los lugares de tu vida”, contó. 

Después de la Guerra, Peretti y Vázquez se convirtieron en hombres del control. El primero estuvo en el viejo Tribunal de Cuentas de la Nación hasta su cierre en 1992 y Vázquez, por su parte, está a poco de jubilarse en la Auditoría General de la Nación. Sin embargo, ambos estuvieron relacionados al control ya antes, justamente en sus días en las Islas. 

“Eran más las cosas que estaban fuera de control que las que podías controlar. El miedo está siempre fuera de control. Después lo podés empezar a manejar un poco, estar un poco más tranquilo, pero empiezan a caer bombas cerca y ese miedo, que más o menos lo tenías controlado, se va al diablo”, reconoció Edgardo. 

"Los pensamientos te llevan a tener miedo, pero ese miedo a mí me hizo fuerte para no bajar los brazos", señaló Antonio Vázquez. 

Según Vázquez, en Malvinas una de las pocas cosas que estaban bajo su control era cambiarse las medias tres veces por día para evitar el “pie de trinchera”. También, recuerda "todos los días desarmaba mi fusil y lo limpiaba porque se oxidaba y las balas no salían por el caño. No había procedimientos por escrito. Todo se aprendía de tanto hacer lo mismo”, remarcó. 

En las Islas, lo rutinario era atravesado por las emociones. “Son muy fuertes. Los pensamientos te llevan a tener miedo, pero ese miedo a mí me hizo fuerte para no bajar los brazos y seguir luchando hasta que nos avisaron que nos teníamos que rendir”, agregó Vázquez.

Edgardo coincidió en que a lo sumo “controlabas lo que tenía que ver con vos. Algo del armamento o poder organizar algunas cosas que tenías y hasta ahí nomás. La angustia, la desesperación y las ganas de volver, no. Ni siquiera podías pensar en desertar, porque era una isla”, concluyó.

A 40 años del comienzo de la guerra de Malvinas, el recuerdo de los sobrevivientes se convierte en un aporte invaluable para la construcción de una memoria colectiva.

Reconocimiento 

Según la Real Academia Española la definición el reconocimiento es un "sentimiento que obliga a una persona a estimar el beneficio o favor que otra le ha hecho o ha querido hacer, y a corresponderle de alguna manera". Sobre esta definición reflexiona Peretti quien si bien admite que "los gobiernos democráticos instrumentaron diferentes beneficios para los veteranos de Malvinas" considera que, de alguna manera, no fueron suficientes para quienes lucharon "en esa guerra inhóspita”. 

“El Estado quiere corresponder de alguna manera por el beneficio o favor que le hicimos, pero los veteranos debernos presentarnos y decirle que nos quiere reconocer. Además, esa gratitud se demuestra desde el momento en que cada veterano lo solicita”, analizó haciendo una comparación de la situación con el significado de la palabra según la RAE. 

“Cuando queremos retribuirle o agradecerle a alguien por algún servicio somos nosotros los que nos ocupamos de localizar y entregarle aquello que demuestra nuestro reconocimiento. Además, en este caso, ¿no debería tomar una fecha única como inicio del derecho a dicho beneficio, que bien podría ser el 14 de junio de 1982?”, agregó Peretti, quien destacó que desde el fin de la guerra esta forma de llevar adelante el reconocimiento le es común a todos los gobiernos democráticos, tanto nacionales como provinciales y municipales.