A.T. estaba alojada en la Unidad Nº 31 de Ezeiza, embarazada de alto riesgo de tres meses. Sin embargo, no fue tratada con los cuidados especiales que requería. En el transcurso de la gestación sintió dolores fuertes y no recibió la atención médica adecuada. Un día, con ayuda de dos compañeras de pabellón, comenzó a dar a luz en el piso de su celda. Las detenidas gritaban pidiendo ayuda, la celadora llamó a la médica de guardia quien colaboró con la finalización del parto. Entre la celadora y la médica envolvieron al bebé nacido prematuramente con una sábana, ataron el cordón umbilical y la trasladaron en una ambulancia con su hijo hacia el Hospital Eurnekian. El hijo de A.T. nació con múltiples problemas de salud y un mes más tarde falleció. Tres semanas antes, la mujer había sido excarcelada.

El testimonio se desprende de un informe realizado en 2019 por la Defensoría del Pueblo bonaerense, junto a la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN) y el Ministerio Público de la Defensa. Parí como una condenada” relata la violencia obstetricia en prisión.

"Hay una crisis humanitaria en el servicio penitenciario"

El 42% de las presas dan a luz esposadas. “La cárcel no es un lugar para ser madre y mucho menos para criar hijos”, explicó Alejandra López, Directora General de Políticas de Igualdad de la Defensoría bonaerense, en comunicación con este medio. Desde marzo y por la pandemia, se les otorgó el arresto domiciliario a 72 madres, 29 de las cuales estaban embarazadas y 49 niños. Hoy quedan 22 madres con niños y cinco embarazadas en el Sistema Penitenciario Bonaerense (SPB).

La ley 26.472 permite a las madres embarazadas, con hijos pequeños o con alguna discapacidad, acceder al arresto domiciliario. Sin embargo, mujeres gestantes y madres junto a sus niños y niñas aún permanecen en prisión. En diciembre pasado, se conformó la mesa provincial “Madres con Hijes”, con el objetivo de lograr que las mujeres alojadas con sus hijos menores de cuatro años en cárceles dependientes del SPB obtengan alternativas a la prisión, así como conformar y fortalecer una red de acompañamiento en el afuera y evitar el reingreso. “Los objetivos se cumplieron pero aún queda mucho por hacer y seguimos trabajando”, aseguró López.

Recientemente, la Defensoría presentó un informe sobre los avances de la mesa. Siguiendo a López, “hay una crisis humanitaria en el servicio penitenciario. A raíz de la mesa provincial que se conformó estamos trabajando de manera articulada con el adentro y el afuera para que tengan la contención adecuada. En general son mujeres que están presas en extrema vulnerabilidad por delitos menores y en muchos casos con violencia de género. Y el estar adentro hace que el niño tenga complicaciones, porque su socialización no es normal. Está entre 4 paredes y hay patologías que se desarrollan como la imposibilidad de cerrar puertas”.

¿Qué sucede en el Servicio Penitenciario Federal (SPF)?

Marta Monclús Masó es la directora del Observatorio Federal de Cárceles. “A fin de 2019 había 25 niños en cárceles federales”, comentó. Del total de presas, casi un 10% tienen hijos. En el marco del COVID, “a la mayoría se les concedió la domiciliaria". En el ámbito federal. está la cárcel 31 donde van las mujeres, ahí conviven entre rejas, en una celda pequeña y ponen una cuna, relata Monclus Masó. "No es un lugar para la crianza de niños. Esto es reconocido internacionalmente, está claro que no pueden crecer y pasar los primeros años de sus vidas entre rejas, con el personal de seguridad. Observamos que el servicio penitenciario utiliza a los niños para amenazar a sus madres. Esto es peligroso”, agregó.

Anita Sicilia, periodista y tallerista en cárceles, vio la situación y no se quedó de brazos cruzados. Armó bibliotecas infantiles para los niños en la Unidad Nº 33 y la 31 de Ezeiza: "es compleja la crianza en contexto de encierro, de por sí te patea el tablero, por más que haya mejores condiciones, están encerrados. El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación está delineando un proyecto para infancias en prisión pero todavía hay mucho para hacer”. Para agosto de este año, había siete madres con hijos y tres embarazadas en el SPF.

"Los niños están pagando una pena que no les corresponde"

En un informe de marzo pasado, la Procuración Penitenciaria de la Nación advirtió sobre la situación en las unidades con alojamiento exclusivo para mujeres embarazadas o con hijos (Ezeiza, Santa Rosa, Güemes) en donde observó la falta de guardias obstétricas y pediátricas, disminución en la entrega de pañales y leche, males condiciones de traslados, requisas vejatorias y el aislamiento durante el embarazo.

Ante el panorama, la Cámara Federal de Casación Penal consideró que “la cárcel no resulta un ambiente propicio para el desarrollo satisfactorio de un embarazo o la crianza de niños” y sostuvo que “resulta imperioso” brindar una solución alternativa a la prisión para estos casos.

Un informe de la Auditoría General de la Nación señala que el 57% de los presos y presas no tienen sentencia firme, lo cual genera sobrepoblación. Hoy más de 100.000 personas se encuentran privadas de su libertad en Argentina. En marzo de 2019 se declaró emergencia carcelaria en el SPF.

En un contexto de emergencia, con hacinamiento y vulneración de derechos, niños y niñas crecen ¿Qué pasará al terminar la cuarentena? ¿Volverán las madres al encierro junto a sus niños o se logrará revertir la situación? Mientras tanto, “los niños están pagando una pena que no les corresponde”, alertó López.