La pandemia del COVID-19 dejó al descubierto problemas ambientales y desafíos para las grandes ciudades que deben ser resueltos de manera urgente mediante la participación activa de los estados. En vistas de esta situación, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible comenzó en enero la realización de talleres de participación ciudadana para promover ciudades sostenibles. El objetivo es desarrollar urbes resilientes al cambio climático, que conserven su biodiversidad y bajen los porcentajes de emisiones de gases de efecto invernadero.

Si bien sostenibilidad y sustentabilidad suelen confundirse, no implican lo mismo. La sustentabilidad está vinculada al cuidado del recurso natural, es decir, a su utilización sin generación de perjuicio para las generaciones futuras. “Este concepto fue asumido y asimilado en nuestra Constitución Nacional después de la reforma de 1994 ”, explica el abogado y miembro del Instituto del Derecho Ambiental del Colegio de Abogados de Mar del Plata, Gonzalo Vergez. En vez, el concepto de sostenibilidad es mucho más amplio. Incluye la sustentabilidad pero también afecta a otras cuestiones. “No sólo tiene que ver con el cuidado y la protección del recurso natural, sino también con dos pilares más: el económico y el social. Para que una política sea sostenible tiene que ser ambientalmente saludable, económicamente rentable o viable, y socialmente beneficiosa. Debe haber un equilibrio entre estos tres pilares y una baja intervención humana”, continúa Vergez que además es integrante de la organización MAR, e investigador de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Las urbes ocupan el 3% de la superficie del planeta pero representan el 75% de las emisiones de carbono

Los problemas ambientales a resolver en zonas urbanas tienen una vital importancia. De acuerdo con Naciones Unidas, más de la mitad de la población del mundo vive en ciudades y para 2050 este valor rondará el 70%. Si bien las urbes ocupan apenas el 3% de la superficie del planeta, su adecuada gestión es clave para el desarrollo sostenible, ya que representan entre el 60% y 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de carbono. Según el último Informe del Estado del Ambiente publicado por el Ministerio en 2019, Argentina es uno de los países más urbanizados del mundo y cuenta con el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que es considerada una de las cinco megaciudades de América dado que concentra más de 16 millones de habitantes. 

Frente a esta realidad, comenzaron a dictarse los talleres de participación ciudadana, a los que acuden tanto autoridades locales como actores de la sociedad civil y sectores académicos. En las jornadas se abordan diversos ejes vinculados con turismo, el mantenimiento de la biodiversidad, la conectividad, la agilidad en la circulación, construcción sostenible y eficiencia energética, un tema para nada menor si se tiene en cuenta que, de acuerdo al mencionado informe de Ambiente, el sector residencial representa el 26 % de la demanda final de la matriz energética nacional. También se abordan temas como economía circular y residuos sólidos urbanos, una cuestión de complejidad extrema ya que para Vergez “plantea necesariamente cambios de consumo, nuevos hábitos de separación domiciliaria de basura, buena gestión de la mismos en articulación con cooperativas, y producción posterior con materiales reciclados o re-uso de los elementos”. 

Otro eje trabajado en los talleres es el vinculado a la movilidad, dado que el transporte es el segundo emisor de gases de efecto invernadero. En este sentido, remarca la importancia de pensar en la micro-movilidad urbana sostenible. “Son estaciones en las que hay medios como bicicletas o vehículos eléctricos (monopatines o scooters), que generan cero carbono al momento de trasladarse. Sirven para transitar caminos o distancias que son demasiado largas para caminar y demasiado cortas para tomar un transporte. Hablamos en general de seis o siete kilómetros”, explica Vergez.  

El uso de de la tecnología en edificios inteligentes es clave para lograr una huella de carbono cero

Para el especialista son muchos los temas que deben tenerse en cuenta a la hora de hacer una ciudad sostenible y reducir la emisión de gases de efecto invernadero para tender a la huella de carbono cero. “Pensar en la des-carbonización de las ciudades es fundamental porque toda acción que nosotros generamos como ciudadanos tiene una consecuencia en el calentamiento global y en el cambio climático. Mejorarlo depende de varias cosas, muchas tienen que ver con la cuestión de la arquitectura de las ciudades, la eficiencia energética y los techos verdes. En resumen, con el uso de la tecnología en edificios inteligentes. Otra cuestión tiene que ver con la generación de la energía eléctrica que es la principal fuente de emisión de gases de efecto invernadero. Hay que concebir otro tipo de energías renovables que no sean las que utilizamos en general”. 

Los talleres se dan en el marco del proyecto “Inversiones Integradas Bajas en Carbono y Conservación en Ciudades Argentinas” del Ministerio, que cuenta con el apoyo de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, y se realiza con financiamiento internacional del Fondo para el Medio Ambiente Mundial. Su implementación se articula con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. En esta primera etapa del programa, se llevará a cabo en las ciudades de Salta, Mar del Plata, Mendoza, Ushuaia y Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El Ministerio comunicó que en los próximos cuatro años implementará también otras acciones para disminuir las emisiones de carbono, mejorar los sistemas de transporte, la gestión de residuos, el turismo sostenible y los espacios verdes, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de quienes habitan las ciudades. El monto total destinado al proyecto es de U$S 24 millones.