Al escribir la palabra emprendedor en cualquier buscador de internet aparecen cantidad de definiciones referidas al campo corporativo y empresarial. El sentido común vincula al emprendedor con aquella persona que, contra viento y marea, lleva adelante su negocio. Sin embargo, la figura de quienes proponen transformar los patrones de la sociedad planteando soluciones innovadoras, no suele ser tan reconocida. Desde 1981 Ashoka enaltece a estos emprendedores sociales. Esta ONG surgió en Washington de la mano de Bill Drayton, quien empezó a notar que había personas que tenían una visión sistémica sobre cómo abordar distintas problemáticas y no contaban con la misma red de contactos que tenían los emparedares de negocios en ese momento, comentó Guillermina Lazzaro, Directora regional de Ashoka para América del Sur, quien también explicó que el emprendedor social no da pescado ni enseña a pescar, sino que revoluciona la industria de la pesca.

El nombre de la organización conmemora a Ashoka, el líder que unificó el subcontinente indio en el siglo III AC, renunciando a la violencia y dedicando su vida al bienestar social. Por su creatividad, perspectiva global y tolerancia, es reconocido como el ejemplo más temprano de un innovador social. En sánscrito significa ‘ausencia de tristeza’, según se detalla en su página web www.ashokaargentina.com.ar.

En el año 1986 Ashoka decidió empezar sus acciones en América Latina. Comenzó en Brasil y en México. Luego, en el año 1994, arrancó a trabajar en Argentina. Nuestros dos primeros emprendedores nacionales fueron Abel Albino, que lucha contra la desnutrición infantil a través de su fundación CONIN en la provincia de Mendoza, y Vicky Shocron, quien inserta laboralmente a personas con discapacidad mental en empresas, comentó Lazzaro y destacó: Hoy ya contamos con 55 emprendedores en la red.

Crear la infraestructura necesaria que soporte el crecimiento y la expansión los emprendedores sociales, es la misión principal de esta ONG. Asimismo, Ashoka ha reconocido por mucho tiempo la importancia de la colaboración con otros sectores, por ello considera fundamental la interacción con el sector público, empresarial y universitario.

En respuesta a cómo considera a los argentinos en materia de emprendimientos, la directora regional Ashoka por América del Sur explicó: Creo que la Argentina es un país emprendedor, con mucha creatividad. Esa es la característica básica para poder leer críticamente la realidad. A su vez Lazzaro resaltó que es muy importante el impulso que el Estado pueda darle al emprendurismo social, aunque reconoció que hace mucha falta y que sería necesario emprender más acciones en este sentido: Hay varios de los modelos exitosos desarrollados por los emprendedores sociales que podrían ser tomados perfectamente como política pública, recalcó.

Me parece que hay una falta de articulación. Muchas veces el gobierno en sus distintos niveles ven a los emprendedores como meros ejecutores de política pública, sin pensar que estos pueden, por su conocimiento y trabajo, abonar al desarrollo de una política pública más allá de la mera ejecución, opinó Lazzaro.

En la actualidad el programa logró asentarse en más de 60 países, conformando un equipo de 150 personas en 25 oficinas regionales de Asia, las Américas, Europa, Medio Oriente y el Norte de África. Hemos elegido a más de tres mil emprendedores en todo el mundo. Al principio el foco estuvo puesto sólo en promover el trabajo de los emprendedores sociales. Luego nos dimos cuenta que esa promoción puede darse en el trabajo conjunto, así que comenzamos a pensar en el tendido de puentes y en la conformación de la red, dijo Lazzaro. Tal como figura en la web, a través de la Red de Apoyo Global de la ONG los emprendedores sociales comprenden mejor los principios generales que subyacen en sus propias innovaciones, a fin de poder diseminar estos conocimientos en todo el sector ciudadano.

Selección de los emprendedores. Ashoka reconoce todos los años a aquellas personas que generan cambios a gran escala dentro del campo social. La elección de los emprendedores sociales requiere un proceso de selección muy riguroso que se basa en cinco componentes básicos que tienen que ver con una idea nueva, un abordaje creativo y la posibilidad de impacto, réplica y de cambio sistémico que pueda llegar tener, contó la directora regional de Ashoka, y agregó que lo más importante es que haya un espíritu emprendedor y fibra ética detrás de la persona que lo lleva adelante porque los emprendedores forman parte de nuestra red de por vida.

Bajo el lema "Todo el mundo puede cambiar el mundo", Ashoka concibe que cada miembro de la sociedad debe transformarse en un agente de cambio. Este es combustible vital que mueve el engranaje de acciones que lleva adelante la organización.