¿Qué dice el informe de AGN que derivó en la actual estatización del ferrocarril ALL Central?
La firma “nunca abonó el canon”, que llegó a la suma de casi $ 237.5 millones, además tiene una deuda millonaria con la ANSES. A su vez cuenta con incumplimientos del 90% de las inversiones, alto nivel de deterioro en la infraestructura de las vías, 642 descarrilamientos en su haber y accidentes por falta de mantenimiento; todo esto casi sin sanciones.
Una vez más el sistema ferroviario está bajo la lupa. A fines de mayo, el Ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, anunció que el tren de carga más grande del país, el Belgrano Cargas, pasaba a ser gestionado por el Estado. Ahora, le llegó el turno de la empresa América Latina Logística Central SA (ALL Central), que hasta ayer tenía a su cargo la explotación del corredor ferroviario que une Buenos Aires y Santa Fe con Cuyo. La Auditoría General de la Nación (AGN) reveló que es la firma “con mayor frecuencia de descarrilamientos: es cinco veces mayor al resto de los concesionarios de cargas”.
Pero esa es solo una de las alarmantes observaciones que hizo el organismo de control. Entre 2004 y 2011 “se registraron 642 descarrilamientos accidentales”, de los cuales “el 90% tiene como causa principal el (mal) estado de las vías y el material rodante”.
Una perlita sobre este punto es que “el material rodante que se sale de las vías no es removido por el concesionado, sino que queda abandonado en el lugar del siniestro”.
Todo comenzó algún tiempo atrás
Desde que en 1993 ALL Central se hizo cargo de la concesión, “nunca abonó el canon”. Hasta junio del año pasado, la deuda, con intereses incluidos, ascendía a $237,5 millones. De nada valieron las intimaciones que la CNRT les envió en 1997, 2001,2003, 2004 y 2012.
En consecuencia la empresa tiene una deuda con ANSES, ya que el 30% de lo recaudado en concepto de canon estaba destinado al Sistema de Seguridad Social administrado por ese organismo. Ese déficit representaba a mediados del año pasado unos $22.6 millones, sin contar intereses.
Y, si de números hay que hablar, durante el 2011 ALL Central facturó $370 millones.
El efecto mariposa
En un comienzo, ALL Central definió un plan de inversiones por U$S 349 millones, que debían completarse al finalizar el 2008. La AGN, luego de analizar el período 2004/2011, detectó que “sólo habían completado el 9,75%” de los trabajos. Puntualmente se destacó “el incumplimiento en la infraestructura de las vías, donde de 935 kilómetros de reparación pesada, se hicieron solo 162 km de manera parcial, y de los 197 km de reparación liviana, no se realizó ni un kilómetro”.
“Los incumplimiento del plan de inversión y mantenimiento son causa directa del alto nivel de deterioro de las vías”, rescata el informe, que además aporta datos contundentes: al inicio del contrato de los 5.584 kilómetros de vías, el 95% estaba en perfecto funcionamiento. En 2011, sólo el 47% lo estaba, encontrándose otro igual porcentaje “fuera de circulación”.
Se encontraron “rieles con alto grado de deterioro, superando el final de su vida útil, fijaciones flojas e inexistentes y clepes elásticos mal alineados”. En el ramal que une las provincias de San Luis y Mendoza se constató que “las instalaciones estaban en muy mal estado y se verificó una gran cantidad de descarrilos como consecuencia de la falta de manutención”.
Aparentemente, no es nada azaroso que esta firma sea la que tenga el record de descarrilamientos, que es “cinco veces mayor al resto de los concesionarios de cargas”.
En el informe, aprobado en 2013, el organismo de control manifestó que “los pasos a nivel que están ubicados a lo largo de la red ferroviaria concesionada a ALL Cenral presentan deficiencias de seguridad por ineficacia de la empresa y de las autoridades viales”. De hecho, “de las 150 barreras automáticas que había que incorporar solo se instalaron 20”. También se observo “la existencia de malezas y arbustos que obstruyen la visión y la falta de una correcta señalización, hechos que incrementan el riego de accidentes en los cruces”.
A este cuadro de situación, bastante alarmante, se le suma que al cierre de la auditoría “el 31% de la flota estaba sin posibilidades de uso por la deficiente gestión de ALL Central”.
Y ahora, ¿las sanciones?
Entre 2004 y 2011, la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT) “dictó 71 resoluciones sancionatorias por casi $23.5 millones, faltas catalogadas como “muy graves”. Pero, pese a ello, la AGN informa que “para que sean efectivamente aplicadas, los plazos son prolongados”. De hecho, los auditores tomaron una muestra de 11 expedientes de multas y “solo en un caso se aplicó efectivamente la penalidad”. El resto de los casos “lleva una demora de hasta 3 años”.
La CNRT también presentó dos demandas contra el concesionario por “incumplimiento contractual”. En ambos caso, el ente alegó “falta de cuidado, custodia y mantenimiento de la red” que ocasionó “daños y perjuicios a los bienes del Estado Nacional”.
El informe señala que “pese a que los incumplimientos de ALL Central coinciden con los causales previstos para la rescisión del contrato (que sin embargo desde 1997 se viene renegociando)”. Aunque las infracciones graves se repitieron año a año, en octubre de 2009 se firmó un Acta Acuerdo”. Resulta bastante evidente que después, “las irregularidades se repitieron”, por lo que la AGN recomendó “evaluar la continuidad de la renegociación” dado que estas situaciones causaron “perjuicios en el patrimonio del Estado Nacional”.
Colorín colorado
El diario Página 12 publicó en su edición del 22 de mayo que los ramales que tiene a cargo ALL central están “prácticamente abandonados” y que “la empresa se quiere ir del país”. Que termine rápido el cuento, a ver si todavía tienen que pagarle la deuda millonaria al Estado nacional.