Auditoría para el secretario privado
La Justicia profundizó la investigación sobre los bienes de uno de los secretarios privados de la presidente Cristina de Kirchner. Se trata de Isidro Bounine, el único secretario privado que permanece en su cargo de los cuatro que tenía la mandataria hasta el año pasado, luego de las renuncias derivadas de una causa judicial por presunto enriquecimiento ilícito. El juez federal Claudio Bonadío ordenó la realización de pericias contables sobre la declaración de bienes del funcionario, que desde 2005 multiplicó 45 veces su patrimonio.
Bonadío dispuso la medida la semana pasada a pedido del fiscal de la causa, Guillermo Marijuán. En función del resultado de la pericia, esperado para los próximos días, el magistrado resolverá la situación del funcionario. Bounine llegó a la Casa Rosada en 2005 con un patrimonio declarado de $ 15.000, según consta en su pesentación ante la Oficina Anticorrupción. En 2009, año de su última declaración jurada, contaba con bienes y ahorros por más de $ 676 mil. En rigor, la totalidad de su patrimonio superó los $ 800 mil, pero en la misma presentación informó sobre un plan de pagos ante la AFIP por $ 161 mil.
Bounine, de 30 años, fue el único de los cuatro secretarios privados de la jefa de Estado que se mantuvo en su cargo a pesar del expediente judicial. Daniel Alvarez, Fabián Gutiérrez y Daniel Muñoz renunciaron en febrero último. De los cuatro, Bonadío sobreseyó hasta ahora únicamente a Alvarez por entender que su crecimiento patrimonial -saltó de $ 5.860 al inicio de la gestión Kirchner a casi $ 300 mil el año pasado- estuvo debidamente justificado.
Denuncia
El expediente se inició a instancias de una denuncia del abogado Enrique Piragini, sobre la base de una nota periodística. En abril pasado, Bonadío intimó a los secretarios a justificar su incremento patrimonial. En respuesta a esa intimación, en mayo Bounine dio explicaciones por ingresos obtenidos por $ 120 mil y dijo que se trataba de dinero que había recibido por el alquiler de una casa prefabricada, construida sobre un terreno fiscal en Río Gallegos y que no había declarado previamente porque la propiedad se encontraba a nombre de su hermano.Bounine, de pasado futbolista e hijo de una niñera de Florencia Kirchner, es uno de los pocos que estuvo junto a la mandataria en Río Gallegos en las horas previas y durante el entierro de su marido, el ex presidente Néstor Kirchner.
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