Bocas de tormenta complican ahora al Gobierno porteño
La Auditoría General porteña advirtió ayer al Gobierno de Mauricio Macri sobre el mal estado de los sumideros de la Ciudad de Buenos Aires, clave para evitar, en parte, las inundaciones que provocan las tormentas.
Las recomendaciones que realizó el organismo en un informe final sobre lo realizado en 2008 en materia de mantenimiento de las bocas de tormenta, la Auditoría apunta a las empresas contratistas y a la dirección del área a la que reprocha no haber controlado lo suficiente el cumplimiento de los contratos.
«El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no mantiene los sumideros, cámaras, bocas de inspección y nexos en buen estado operativo y sin residuos o escombros». Según lo auditado por la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires el Gobierno porteño es ineficaz en el proceso de verificación y control del estado de Mantenimiento de los Sumideros», sentencia el organismo de control que conduce la ex legisladora Sandra Bergenfeld, una aliada a Alberto Fernández que tributa en el kirchnerismo crítico de la Capital Federal.
En la Ciudad hay 27.534 sumideros que forman parte de la red pluvial, la que también integran 1.200 kilómetros de conductos, además de estaciones de bombeo y lagos reguladores. Para el mantenimiento se realizó una contratación en 2003 que fue prorrogada en dos oportunidades, según da cuenta la Auditoría porteña.
En el informe que fue difundido ayer, el organismo de control evaluó la eficiencia de los operativos para mantener en buen estado los sumideros, que conectan el drenaje superficial con la red de alcantarillado para conducir el agua de lluvia. El área de la cual depende el mantenimiento es la Dirección General Red Pluvial, que pertenece al Ministerio de Ambiente y Espacio Público. Si bien la cartera actualmente está a cargo del macrista Diego Santilli, la evalución se realizó sobre la gestión del ex ministro Juan Pablo Piccardo quien dejó el puesto en diciembre pasado para integrarse al organismo del cual dependen las obras de subterráneos, SBASE. Según la auditoría que se realizó, «se encontraron muchos sumideros en mal estado de mantenimiento y con otras deficiencias».
También destacan los auditores, que «gran parte de los sumideros relevados no poseían el número de identificación exigido por pliegos» y que «son insuficientes las potestades del poder de policía» por parte de la Dirección General que además «no cuenta con un proceso totalmente unificado, homogéneo e íntegro de gestión y registro de reclamos».
Por otra parte, la advertencia apunta a las presuntas deficiencias en que trabajarían las empresas a cargo del servicio, por ejemplo disponiendo de menos camiones que los contratados y remarca que el ministerio debería controlar más el cumplimiento de la licitación.
Entre las conclusiones, además se señala la «carencia de planos de catastro para el verificador al realizar los recorridos» y la «falta de información para realizar la verificación de trabajos de mantenimiento efectuados en los sumideros del recorrido». El documento, que como todo informe final se elevó a la Legislatura porteña, termina con una serie de recomendaciones sobre el funcionamiento de la Dirección General en cuestión, tanto en lo referente a la organización como al monitoreo del cumplimiento de los trabajos por la empresas contratadas para realizarlos.
Finalmente, los auditores señalaron que «durante el año 2008, la Dirección General de Redes Pluviales no ha cumplido eficazmente con varias de sus responsabilidades primarias ni ha podido hacer que las Empresas Contratistas mantengan a los sumideros, cámaras, bocas de inspección y nexos en buen estado operativo y sin residuos, escombros o materiales sobrantes de las obras realizadas, como lo exige el Contrato».
Para la contratación de los servicios de limpieza y mantenimiento de la red pluvial, el Gobierno destinó en 2008 cerca de $ 60 millones.
Mauricio Macri con el ministro Francisco Cabrera y el subsecretario de Deportes (con gorrito), Francisco Irarrazábal, ayer, junto a la pileta de una colonia de verano que funciona en el circuito KDT de la Ciudad de Buenos Aires.
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