El Riachuelo, una historia de desidia
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CABA.- En toda casa hay un lugar donde se tira la basura. El Riachuelo cumplió esa función para la ciudad desde tiempos de la colonia hasta la actualidad y nunca se llegaron a tomar los recaudos necesarios para que la contaminación no avanzara", subrayó a La Prensa Antonio Elio Brailovsky, autor del libro 'Memoria Verde: Historia ecológica de la Argentina'.
En su investigación, el economista y profesor de la Universidad de Belgrano relata cómo la fundación de Buenos Aires fue el punto de origen de la contaminación del Riachuelo.
"Por las características naturales del área es que se eligió el Riachuelo como lugar para instalar un asentamiento de colonos. Entonces, el agua llegaba hasta lo que hoy es la avenida Alem y la Avenida Paseo Colón.
Según las normas de Carlos V las ciudades fundadas debían instalar sus industrias aguas abajo de la ciudad para que no contaminara las aguas que bebería la población", explicó Brailovsky. Para la ciudad, aguas abajo significaba la región del Riachuelo hacia el sur y, eventualmente, en sus orillas se instalaron los saladeros, curtiembres, lavaderos de lana y mataderos que aprovecharon el lugar para tirar sus desechos.
Sin embargo, las características hidrológicas del Riachuelo hacían ver, siglos después, que la contaminación surgiría eventualmente. Y es que como cualquier río de llanura pampeana, la cuenca cuenta con una dificultad natural para depurar la carga contaminante: es de caudal sumamente irregular, tiene una escasa pendiente hacia la desembocadura, lo que produce que sea lenta su depuración y las mareas del Río de la Plata alteran su capacidad de evacuación.
"A medida que pasaron los siglos los desperdicios producidos por estas industrias hicieron que se perdiera un eslabón de las cadenas ecológicas, los peces", relató el historiador.
Pese a que este primer signo mostró a los entonces habitantes de que se estaba generando un problema, la actividad económica basada, principalmente, en los saladeros, continuó entrado el siglo XIX.
"No se podía avanzar demasiado sobre los saladeros por lo grandes intereses económicos que había en aquella época y por algunas figuras con poder que eran dueños de estos establecimientos. Basta nombrar a Juan Manuel de Rosas para entender que era muy difícil que avanzara cualquier iniciativa para la reubicación de estas industrias", enfatizó Brailovsky.
Para 1870 funcionaban 15 saladeros que llegaban a sacrificar cada uno entre 30.000 y 40.000 muías y 100.000 ovejas. "Lo que no se usaba para enviar era dejado en el Riachuelo. El problema fue que llegó un punto donde el olor era ya insoportable y con el viento llegaba hasta la ciudad de Buenos Aires"enfatizó el especialista.
Otra de las fuentes de contamina ción de las aguas provenía de la que ma de basura. El Ferrocarril Oeste te nía un ramal, llamado popularmente el Ferrocarril de la Basura, que bajaba hasta el punto de quema que quedaba junto al Riachuelo. En los días de lluvia no era extraño que los materiales en descomposición y cenizas fueran arrastrados hasta Id agua.
En 1867 hubo en la ciudad de Buenos Aires una gran epidemia de cólera, a la que luego le siguió la fiebre amarilla en 1871. El pánico general provocado por esta última, que dejó más de 13.000 muertos, y el desconocimiento de las causas que la generaba, convirtieron al Riachuelo en foco de las críticas de la opinión pública.
Pese a no ser responsable directo de la fiebre amarilla, los desbordes de sus aguas sí lo eran. Y es que el mosquito, agente transmisor de la peste, proliferó en los charco; que quedaban luego de las lluvia: ocasionales.
"Fue recién ahí que la sociedac le dio importancia a la situaciór del área. El Congreso de la provin cía de Buenos Aires sancionó una ley que estableció que se prohibie ran las faenas de los saladeros en e municipio de Buenos Aires", expli có Brailovsky.
Luego, agregó, que "las industria se terminaron trasladando a pue blos de las afueras de la ciudad. Pe ro el auge de los saladeros proveníí de que sus sobrantes eran para lo: esclavos. Así que no fue raro que su declive comenzara cuando la esclavitud fue prohibida tanto en Esta dos Unidos como en Brasil, do: países que demandaban gran cantidad de came. La apertura de los frigoríficos marcó su final".
La llegada de un nuevo siglo lejos estaba de traer respiro al Riachuelo. El proceso de industrialización había provocado una transformación en lo que se desechaba a las aguas.
"Antes el exceso de materia orgánica había superado la capacidad de carga del Riachuelo. Lo que pasó fue que hubo un fuerte incremento de la contaminación inorgánica y química. El problema fue que no hay bacteria capaz de degradar el tipo de contaminantes como plomo o cromo", enfatizó el especialista.
Lentamente, entre 1930 y 1976, pequeñas y grandes industrias fueron instalándose en las orillas del Riachuelo. El progreso afloraba en la economía de la ciudad y sus desechos eran cómodamente alojados en las aguas aledañas.
"Durante la primera parte del siglo 20 las autoridades políticas tenían la concepción de que involucrarse en la problemática del Riachuelo frenaría el desarrollo industrial y perjudicaría la economía. Es más, se asociaba a la contaminación con el progreso. Lo único que se llegó a realizar fue la canalización para que su trayecto fuera menos curvilíneo y las aguas pudieran fluir más fácilmente", subrayó el profesor.
Luego agregó que "sin embargo, hasta hace unos pocos años las características del Riachuelo habían cambiado. De ser un río de llanura pampeana pasó a asemejarle a unalaguna con aguas casi estancadas donde flotaba desechos".
Si las aguas casi negras llamaban la atención de la opinión pública, el crecimiento habitacional en las orillas también pasó a ser un tema asociado al Riachuelo.
"El lugar fue destino de asentamientos espontáneos desde la época de la colonia. Cada tanto se los desalojaba por temor a que las ocasionales inundaciones pudieran causar muertes. Pero igual volvían a instalarse en la zona para acceder fácilmente al agua", destacó el economista.
Según datos de 1869, en la Boca había 869 casas, en cada una habitaban entre 7 a 9 personas lo que sumaba más de 6 mil personas. Ocasionalmente las lluvias generaban inundaciones que dejaban aislados a quienes no hubieran podido trasladarse a zonas más altas.
"Si no fuera por alguna alma que se compadecía de su situación, esta gente quedaba sin nada para comer. Pero algún buen samaritano se las arreglaba para llegar en bote hasta ellos con algo de comida", enfatizó el especialista.
A partir de 1930, durante la fase de sustitución de importaciones en que la industria nacional alcanzó su mayor auge, se produce un proceso de urbanización muy importante en el área. Actualmente, la cuenca Matanza-Riachuelo alberga al 15% de los habitantes del país, agrupados en asentamientos y villas de emergencia. A este panorama se le agrega que el 35% carece de agua potable.
La década del 80 llegaría con una ola de redamos para que las curtiembres instaladas en el Riachuelo cerrarán sus instalaciones definitivamente. Para que esto sucediera, la provincia de Buenos Aires cedió gratuitamente un terreno para que se construyera una planta de tratamiento colectiva.
"Lo que no se dijo por entonces fue que en ese ámbito había funcionado un basural de residuos peligrosos. De cualquier forma, las autoridades provinciales no supervisaron la construcción de esa planta y los establecimiento continuaron volcando sus residuos al agua. Además, el predio fue usurpado para levantar un asentamiento precario", destacó a La Prensa María Biassoto especialista ambiental e historiadora.
Luego agregó que "con María Julia Alsogaray no mejoró la situación ambiental. Me acuerdo que con el dinero otorgado por el BID que se había destinado para sanear el Riachuelo se contrataron más de 20 consultoras. Fue un disparate".
Según un estudio realizado en 2003 por la Asociación del Personal de los Organismos de Control de la República Argentina, del total de los 250 millones otorgados por el BID en 1998 para sanear la cuenca Matanza-Riachuelo, el 77 por ciento se destinó a solventar consultorías, mientras que sólo un 10 por ciento fue destinado a obras.
Luego, durante el gobierno de Duhalde se destinaría a planes sociales 150 millones de dólares del crédito para sanear el Riachuelo.
Actualmente, se pidió nuevamente un préstamo de US$ 840 millones del Banco Mundial que deberá invertirse en el saneamiento.
"La gestión de Picolotti tampoco trajo cambios. Es más, en algún momento se dijo que se retirarían el barro contaminado en algunos sectores del Riachuelo. Pero eso trajo interrogantes sobre cómo se manejarían los tóxicos que se encuentran quietos en el fondo. Me parece que era estar en un problema para generar otro más", se lamentó Biassoto.
Luego de cuatro siglos de contaminación, el Riachuelo es un problema latente que pareciera no tener un fin cercano. "La falta de algún tipo de política de Estado no se puede arreglar de un día al otro. Hace falta continuidad pero también hacera? responsable de siglos de desidia", señaló Biassoto