Empleados pagan la reparación de equipos y hasta sueldos
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Uno de los hospitales públicos de niños más grandes de la Ciudad se encuentra en situación crítica, y solo el profesionalismo y la buena voluntad de sus trabajadores lo mantiene en pié.
Los médicos del área de neurocirugía del Hospital de Niños Pedro Elizalde se hacen cargo del sueldo de una neurocirujana que “está a la espera de su nombramiento oficial”; según detalla en un informe la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (Agcba), donde además se indica que, en ocasiones, los profesionales “abonan la reposición y mantenimiento de los equipos quirúrgicos”.
Pero eso no es todo. La mitad del instrumental que se utiliza es de los médicos, que también pagan la conexión a internet, la folletería y los recetarios. La Auditoría porteña explicó que si bien en el efector reciben instrumental, los elementos que reciben son de baja calidad, tanto, que las pinzas se doblan.
Cabe señalar que el Elizalde tiene tres neurocirujanos y, por lo que manifestó el responsable del área, “en reiteradas oportunidades el service de los equipos también fue abonado por los médicos”, incluso, aseguró, ellos “se hacen responsables hasta de las comunicaciones por telefonía celular.
Con respecto a la recepción de instrumental para cirugías, la Auditoría detectó que “es de baja calidad” y que “no se respeta lo solicitado por el área”. Aclaró, también, que “buena parte de lo recibido resultó ser para adultos (el Elizalde es un hospital de niños), tosco y de poca resistencia”, a tal punto que los auditores observaron que “las pinzas se doblan”.
Frente a lo mencionado anteriormente, desde 2006, el servicio de neurocirugía disminuyó un 50% de su productividad debido a las dificultades operativas y, principalmente, a la falta de horas de anestesia, abunda el informe, aprobado este año sobre datos que incluyen relevos hasta inicios de 2009.
El servicio de cirugía general, tampoco es la excepción. El informe detalla que, si bien el área se encuentra preparada para atender patologías de alta complejidad, su accionar “se ve limitado” por las pocas horas trabajadas por los anestesistas, que no llegan a cumplir ni siquiera con el “50% de su carga horaria”.
Algunos ejemplos dados por la Auditoría exponen aún más la gravedad del asunto: “Hubo cirugías programadas de larga duración, en las cuales, aunque había anestesistas propios, el Hospital tuvo que contratar profesionales externos”. Además, en la división de radiodiagnóstico, “es el anestesiólogo quien determina el día y el horario del estudio”, porque el sector no cuenta con un especialista de este tipo y son “muchos los pacientes -que- por su corta edad, requieren sedación para hacerse una tomografía”.
El hospital del barrio de Cosntitución tiene seis quirófanos, pero el encargado del departamento de Cirugía aseguró que “con el staff existente sería imposible armar los seis equipos quirúrgicos”. El informe señala que “el pasillo de circulación interna de los quirófanos funciona como depósito de materiales de distintos tipos, carros, cajas de elementos, tubos de oxígeno, etc.”. Por último, se agrega que los “empleados ingresan con ropa de calle a áreas esterilizadas”, y que en los mismos pasillos se encuentra “una máquina expendedora de café”.
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