La Auditoría General de la Nación considera que el Gobierno distribuye de forma deficiente los fondos de la ayuda social y que en muchos casos el dinero para esos fines se reparte en base a criterios políticos. Esa percepción es la que difundió el presidente de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy, en un encuentro con periodistas.

Despouy señaló que uno de los hallazgos más importantes de los análisis de la gestión del Gobierno de Cristina Kirchner que realiza el organismo que conduce fue “que según se puede verificar, la cuenta de inversión es que nunca ha habido en la historia un gobierno que haya dispuesto de mayores recursos para una aplicación discrecional”. En referencia a la asignación de los programas sociales, dijo que las auditorias dan cuenta de que “el impacto es escaso y la atribución es discrecional, sin orientación científica ni fundado en necesidades básicas insatisfechas”. 

“Hemos hecho relevamintos y marcado las necesidades insatisfechas de una región, por ejemplo, y la asignación de recursos ha sido menor que en otros lugares donde era mucho menor las necesidades insatisfechas”, sentenció en un evento organizado la semana pasada por la Fundación Konrad Adenauer. 

“Existe un direccionamiento de orden político que en algunos casos trata de ser una herramienta de clientelismo y en otros de sanción para quienes no responden a las directivas gubernamentales, esto aparece muy claramente”, dijo Despouy, y , agregó que “los porcentajes de gasto social son enormes pero el impacto que los mismos han tenido sobre la disminución de la pobreza o mejorar las condiciones de salud y educación no los vemos”. “Lo que percibe la población es exactamente lo que nosotros comprobamos en los informes”, concluyó.

El funcionario dedicado al control de gestión consideró que el mayor tamaño del Estado durante la gestión K no fue acompañado con “el fortalecimiento de mecanismos de control y regulación, de hecho el ENRE, el Ocoovi, entre otros organismos, lejos de sufrir mejoras, sus imperfecciones se han agravado”, apuntó el titular de la AGN en la Fundación Konrad Adenauer. En este sentido, insistió en que “lo que muestran los informes de Auditoría es que hay mucha debilidad y que no ha habido por parte de la administración de los últimos años una preocupación equivalente entre el fenómeno de reestatización y el de fortalecer los mecanismos para controlar”.

Despouy observó además que en “los últimos años hay una incongruencia entre el presupuesto que se aprueba y el presupuesto que se ejecuta, por el uso que hace el Ejecutivo de los DNU, los superpoderes y toda una serie de herramientas presupuestarias que crean desviaciones”. 

“Eso se ve agravado por las circunstancia de que existe una subvaluación de los ingresos del Estado, de la recaudación, del crecimiento y de otros indicadores que han permitido una enorme disponibilidad de dinero, y se suma a que gran parte de los recursos para instrumentarse se llevan adelante con fondos fiduciarios, donde el control y la rendición de cuentas es más difícil”, criticó el titular de la auditoria ante un grupo reducido de periodistas, entre ellos El Cronista, que participaron del ciclo de Conferencias de prensa el Poder Responde.

“Es la ciudadanía la que hace que tengan impacto nuestros informes y ahora la Comisión Mixta del Congreso, porque tiene mayoría de la oposición”, concluyó el titular de la AGN.