Córdoba.- Los delegados de la Tamse depusieron momentáneamente las medidas de fuerza que realizaron en varias líneas y emplazaron hasta mañana viernes a sus autoridades para que arreglen las unidades. Caso contrario, se vendrá una embestida fuerte para que se vaya el presidente del Directorio, Hugo Germán.

La Secretaría de Trabajo convocó ayer a Germán y al cuerpo de delegados, que concurrió encabezado por Alfredo Peñalosa. El pedido era para conciliar y evitar una resolución imperativa de conciliación obligatoria.

La intervención de Trabajo es el factor determinante para que hasta mañana viernes, por lo menos, no haya medidas de fuerza, que el martes afectaron a las líneas R5, R11 y R12 y ayer al Central Verde. Sin embargo, el compromiso asumido por Germán es de cumplimiento improbable: mandar a taller 3 colectivos por día de las líneas con mayores problemas, sin dinero y con los proveedores ya cansados de incumplimientos.

No obstante, hoy y mañana habrá tregua hasta las 14, cuando deben reunirse otra vez en Trabajo para repasar si el máximo responsable de la Tamse cumplió o no. Si no lo hizo, se vendrán los tiempos que muchos vaticinan sobre una empresa en perfecto descalabro y manejada con notable desacierto.

Esos pronósticos apocalípticos son, parcialmente, de autocumplimiento, porque los choferes son parte del actual presente griego que es la empresa para las autoridades municipales. Baste decir que las carpetas médicas (10%) triplican las que se registran en las dos privadas.

"Efectivamente, le pedimos a Germán que renuncie", dijo Peñalosa al término de la reunión en Trabajo, aunque aclaró que esto no quedó -ni puede quedar- registrado en las actas en la sede provincial.

El intendente Daniel Giacomino no ha tomado ninguna decisión desde que comenzaron a conocerse documentos de sólida fuerza documental sobre el estado de la empresa, que incluyen una auditoría de la Comisión Fiscalizadora de la empresa y una auditoría externa contratada por la misma Tamse para investigar sobre el sistema de liquidación de sueldos.

Una, la primera, dijo que además de su pasivo mensual crónico y millonario, la firma estatal entró al 31 de diciembre de 2009 en situación de quebranto, al superar su pasivo a su activo. La auditoría externa descubrió graves irregularidades en la liquidación de sueldos y licencias, y hasta recomendó recurrir a la Justicia para deslindar responsabilidades. Además, el Tribunal de Cuentas decidió tomar parte en el problema e inició una auditoría por cuenta propia.