La Comisión Técnica de Lucha contra la Corrupción Transnacional (CTCT) de la Organización Latinoamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores (OLACEFS) desarrolla un Plan de Acción Regional para implementar medidas preventivas contra el tráfico ilícito de flora y fauna. 

Con el fin de hacerla extensiva, OLACEFS lanzó una consulta participativa en la que la ciudadanía puede compartir sus ideas para prevenir el tráfico ilícito de especies. Con las respuestas recabadas hasta el 23 de octubre se empezará a desarrollar el Plan de Acción Regional.

El tráfico ilícito de la flora y la fauna aumenta el riesgo de contraer enfermedades zoonóticas.

Según el Living Planet Report 1970-2018, América Latina es la región con mayor pérdida de biodiversidad del mundo. Constantemente se sustraen de su ecosistema a loros, jaguares, peces, tortugas y flores, entre otras, para fines de consumo o como mascotas exóticas. Esto afecta los servicios ecosistémicos de la región y medios de subsistencia de varias comunidades indígenas. Además, el tráfico ilícito de la flora y la fauna aumenta el riesgo de contraer enfermedades zoonóticas, lo cual puede traer consecuencias nefastas a la salud humana. 

Los estados latinoamericanos están suscritos a convenios multinacionales como la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) y la Convención de Diversidad Biológica. Las entidades fiscalizadoras tienen la responsabilidad de verificar el cumplimiento de tales acuerdos por parte de las autoridades ambientales. 

El rol de las entidades fiscalizadoras pasa por ejecutar diferentes tipos de actividades de control como auditorías especializadas y de desempeño que verifiquen y evalúen los esfuerzos en materia de protección y conservación de áreas naturales, el cumplimiento e implementación de tratados internacionales. También involucrar a la sociedad civil para el diseño de recomendaciones institucionales que tengan como objetivo mejorar el manejo y la protección de los recursos naturales, y facilitar el trabajo interinstitucional, donde organismos relacionados con el combate al tráfico ilícito de especies puedan identificar las falencias de su control, así como compartir experiencias y buenas prácticas en la lucha contra la corrupción.

Nuevas especies en los ecosistemas

La Auditoría General de la Nación evaluó al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MAyDS) en su gestión de la Estrategia Nacional de Especies Exóticas Invasoras (EEI). Estas especies son las que, habiendo sido introducidas, fueron capaces de establecer poblaciones y su presencia produce o podría producir impactos sobre la biodiversidad,  economía, salud y/o los valores culturales. El informe expone gestiones poco consistentes en pos de la protección de los ecosistemas nacionales.

Entre las especies incluidas dentro del trabajo se encuentran el castor americano, el alga didymo, el caracol gigante africano, la ardilla de vientre rojo y la rana toro. El impacto de su aparición afectó el suelo, los cursos de agua, la agricultura,. la economía y hasta la salud humana. 

La ardilla de vientre rojo es una de las especies estudiadas.

Si bien el foco del estudio actualmente es cómo y qué hacer con estas especies invasoras, no es menor el dato de que todas fueron introducidas originalmente por el humano con el objetivo de explotarlas económicamente. Las especies fueron introducidas en un ambiente ajeno y para el que terminaron siendo altamente perjudiciales,  para ilustrar el alcance del daño: esta clase de animales provocaron la extinción del 39% de las especies que han desaparecido en nuestro planeta desde el año 1600.