La deuda acumulada en 15 años en Educación es de $3,4 billones, lo que equivale al 5% del PBI de 2020, según el último informe de Argentinos por la Educación. ¿Cómo se acumuló y cuál es el estado de la situación actual? 

La Ley 26.075 de Financiamiento Educativo de 2005 estableció que el gasto en Educación, Ciencia y Tecnología debía alcanzar, aumentando de forma escalonada año a año, el 6% del Producto Bruto Interno (PBI), para luego pasar a un 6% solo en educación a partir del 2013. A 17 años de la sanción de la norma solo se logró cumplir con este objetivo en 2009, 2013 y 2015, se indica en el Informe “Lo prometido es deuda (educativa)”, realizado por el Observatorio de Argentinos por la Educación. 

“Los primeros años son los de mayor ejecución en relación a la meta, pero 2018, 2019, 2020 concentran el 68% de la deuda. Los años más recientes de la serie que analizamos acumulan la mayor parte de la deuda y no tenemos datos oficiales todavía sobre lo que pasó en el 2021 y 2022, pero sospechamos que la meta otra vez se volvió a subejecutar”, indicó Martín Nistal, analista de datos del Observatorio de Argentinos por la Educación, en diálogo con El Auditor.info

Según Argentinos por la Educación, el año con mayor ejecución presupuestaria fue el 2015, con un 6,1% como porcentaje del PBI alcanzando. En el otro extremo, el 2006 fue el peor años con una ejecución del 4,6%. 

El informe busca comparar lo que realmente se invirtió en educación versus lo que decían las metas de los distintos años. “La diferencia entre las metas y lo realmente invertido lo tomamos como una deuda. El monto de la deuda con la educación es de $3,4 billones y equivale al 5% del PBI del año 2020. Recordemos que la Ley dice que hay que invertir el 6% en un año, entonces se debe casi un año entero de educación”, agregó Nistal. Según Argentinos por la Educación faltan datos y estadísticas del sector de los años 2021 y 2022. 

¿Es posible saldar la deuda? 

Siguiendo a Nistal, es posible saldar la deuda pero es imposible hacerlo en un año. “Si esto se quisiera pagar de un año a otro, probablemente sería imposible porque hay que duplicar la inversión en educación. Sí se podría reparar en el tiempo, como cualquier deuda se podría hacer una especie de plan de pagos, formas de invertir, o por lo pronto podríamos arrancar por dejar de subinvertir todos los años”. 

“Desde el Observatorio venimos demostrando hace rato que la educación está en problemas, que sólo el 16 de cada 100 chicos terminan la secundaria en tiempo y forma. Hay un montón de evidencias que muestran que la educación tiene problemas particularmente importantes. Entonces no nos podemos permitir la subinversión en educación y menos en estas magnitudes”, resaltó Nistal. 

Una educación desigual

“El informe pone en evidencia el incumplimiento acumulado de las metas de inversión en Educación. Pese a los esfuerzos, el financiamiento educativo es una de las dificultades recurrentes de la política educativa en nuestro país”, expresó Paz Miguez, directora ejecutiva de Fundación Éforo, quien además destacó que los recursos no solo son escasos sino que también son desiguales entre provincias donde la tasa de alfabetismo, de escolarización, el gasto educativo y abandono interanual varía enormemente de jurisdicción a jurisdicción. 

“Estas normas además buscan garantizar la igualdad de oportunidades de aprendizaje y reafirmar el rol estratégico de la Educación. Sin embargo, sabemos que los esfuerzos financieros son dispares y refuerzan inequidades existentes entre provincias. El contexto de escasez de recursos, la desigualdad y dispersión de los esfuerzos limitan seriamente las posibilidades de satisfacer las demandas de todo tipo que a diario enfrentan las escuelas y la comunidad educativa. Es clave visibilizar la magnitud del problema, movilizarnos y revertir este escenario”, agregó Miguez.