Mariana Gagliardi, presidenta de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) desde 2019, dialogó con El Auditor.info en el marco de la cuarta edición de Mujeres en el Control. “Es importante conocer la profundidad de la situación de la participación de las mujeres en los distintos ámbitos. Y en particular en los organismos de control, donde podemos ver que la participación femenina es desigual, varía entre el 17% y el 75% de los cargos”, expresó.

- A lo largo de tu vida y sobre todo en la política, ¿te encontraste con desigualdades de género? 

- Creo que el movimiento feminista es el claro ejemplo de que es posible transformar la sociedad en que vivimos. La lucha por mayor libertad, igualdad e inclusión viene desde hace décadas pero considero que desde 2015, con la irrupción del colectivo Ni Una Menos, el feminismo logró trascender todos los ámbitos de nuestra sociedad y pudo instalar ciertos debates y temas que pertenecían a la esfera privada para que empiecen a estar en la agenda pública.

En este sentido, a lo largo de mi vida padecí las mismas desigualdades que muchas mujeres. En el ámbito laboral, en lo referente a la brecha salarial. En la política, donde la mayoría de las veces los varones ocupan lugares importantes de decisión y las mujeres tareas de menor importancia o meramente operativas, solemos ocupar siempre la “secretaria de actas”. En el hogar nos hacemos cargo de las tareas de cuidado. Estas desigualdades las vivimos muchas. Son las que nos motorizan para militar, para juntarnos a discutir y acompañarnos. Es la única manera de lograr cambios reales en la sociedad. 

Esos cambios siempre van acompañados de decisiones políticas, desde los derechos cívicos de las mujeres y el voto femenino hasta la sanción de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, desde la Ley de Cupo Laboral Travesti Trans, el reconocimiento de los aportes por cada hijo hasta la jubilación de las mujeres, entre otras. Nuestro Norte tiene que ser ese: trabajar, militar y luchar para dar pasos siempre hacia adelante y conquistar más derechos.

- ¿Cómo ves la participación de las mujeres en los organismos de control y particularmente en la AGCBA?.

- Es importante conocer la profundidad de la situación de la participación de las mujeres en los distintos ámbitos. Y en particular en los organismos de control, donde podemos ver que la participación femenina es desigual, varía entre el 17% y el 75% de los cargos, incluyendo la Auditoría General de la Nación.

En todo el país, sólo siete de los organismos están presididos por mujeres: Córdoba, Jujuy, La Pampa, Misiones, Formosa, Río Negro y la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA), la cual presido yo. 

En cuanto a la AGCBA es un organismo donde las mujeres tienen gran participación en lugares jerárquicos. De las y los siete auditores generales que hay en la Ciudad, tres somos mujeres. Y de las 14 direcciones que componen el organismo, 11 están encabezadas por mujeres.

Creo que es fundamental que cada vez más mujeres ocupen espacios de participación y toma de decisiones para seguir ampliando y conquistando derechos. Aún falta mucho, pero ese es el camino: mayor participación para lograr más igualdad.

- ¿De qué manera se puede incorporar perspectiva de género en las auditorías? ¿En qué ayudaría?

- Todos los años, desde el Colegio de Auditores y Auditoras Generales, elaboramos un Plan Anual que contiene los temas y proyectos a auditarse en el año siguiente. Ese informe se eleva la Legislatura porteña. Para este 2021 logramos incorporar distintos proyectos con perspectiva de género, entre los que se encuentran el presupuesto de la Ciudad de Buenos Aires, el programa de contención a víctimas de violencia de género, el plan de Igualdad Real de Oportunidades y Trato entre mujeres y varones, las oficinas de Género del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad y el área de Género de la Asesoría General Tutelar - Secretaría General de Gestión.

Sin dudas, es importante que sigamos incorporando la perspectiva de género en las planificaciones anuales y que sea de manera transversal para fortalecer las políticas públicas de la Ciudad de Buenos Aires. 

- En ese sentido, ¿por qué es tan importante incorporar la perspectiva de género en el control?

- Como expresa la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas, la igualdad de género promovida mediante la participación plena de las mujeres en la esfera pública y privada es un elemento fundamental para acelerar los resultados del desarrollo sostenible de las naciones y de la sociedad en su conjunto. Teniendo en cuenta que la Ciudad de Buenos Aires adhirió en 2016 a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los organismos de control deben tener un lugar central para garantizar que la equidad sea una realidad efectiva, en concordancia con los compromisos asumidos.

Para dar un ejemplo concreto, la Organización Latinoamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores (OLACEFS) promovió en el 2020 una auditoría coordinada llamada “Auditoría Iberoamericana sobre Igualdad de Género” con el objetivo de evaluar la preparación de los gobiernos y reparar para la implementación del Objetivo Número 5 para el Desarrollo Sostenible. Las reflexiones de este estudio son contundentes: es necesaria la generación e implementación de políticas públicas que terminen con la discriminación y apuesten a la inclusión de perspectiva de géneros en beneficio de la sociedad. Para cambiar la realidad, hay que conocerla. Por esa razón, cabe afirmar que no podemos dejar pasar más tiempo para controlar la incorporación de la perspectiva de géneros en la administración pública.

- Desde la AGCBA, ¿realizan capacitaciones sobre género? ¿Recibieron la capacitación establecida por la Ley Micaela o llevan actividades a cabo relacionadas a la temática?

- A poco de asumir la gestión en la Auditoría de la Ciudad de Buenos Aires firmamos un convenio con la Universidad de Buenos Aires (UBA) para implementar la Ley Micaela y ya capacitamos a todos los trabajadores y a todas las trabajadoras del organismo. Además nos propusimos a través de un proceso de formación integral, lograr la adquisición de herramientas que permitan identificar las desigualdades de géneros en las políticas públicas que auditamos para elaborar estrategias y propuestas para su erradicación. Este fue un paso enorme que pudimos dar ya que creemos que las instancias de formación, capacitación, discusión y sobre todo reflexión son fundamentales para construir una sociedad más justa e igualitaria. 

A su vez, realizamos capacitaciones complementarias. Hicimos una capacitación en materia de género en el marco de la Red Federal de Control, otra sobre sensibilización de género en el marco de la Ley Micaela y un curso sobre presupuesto con perspectiva de género. 

Me parece importante destacar que la Auditoría fue la primera institución porteña en aprobar un protocolo de intervención y prevención de la violencia de género, fruto del trabajo colectivo entre las trabajadoras y los gremios. 

- ¿Cuáles son los desafíos futuros en materia de control y género?

- El control es una herramienta fundamental para reducir desigualdades. En ese sentido, el Estado debe estar a la altura de las demandas que la lucha de las mujeres y el colectivo LGBTI+ impusimos en la agenda pública, social y económica. 

En la Ciudad de Buenos Aires, particularmente, aún quedan muchas injusticias por resolver: hay una marcada tendencia a la feminización de la pobreza, hay una desigual distribución del trabajo no remunerado entre ambos sexos, la brecha salarial es mayor al 23% y la de participación en el mercado de trabajo del 14%. Sólo ocho de cada 100 porteñas ocupan cargos de poder y toma de decisiones, entre otras problemáticas. Sin embargo, ni siquiera contamos con estadísticas a partir de las cuales se puedan definir con claridad cuáles son las necesidades concretas de las mujeres, las minorías y otros grupos marginados.

Por eso el aporte del control resulta fundamental: el mismo podrá evaluar el nivel de recursos asignados a la transversalización de la perspectiva de géneros y en actividades vinculadas con temáticas de géneros. Analizar el equilibrio entre el personal de uno u otro sexo en los distintos niveles de una institución, poner en marcha un proceso continuo de fijación de parámetros para medir el avance en la promoción de la equidad de género y medir la aplicación del presupuesto con perspectiva de género de modo que el mismo beneficie a las mujeres, niñas y a la comunidad LGBTI+. Nuestro objetivo tiene que ser siempre promover la inclusión y la igualdad.