El 41% de la población carcelaria del Servicio Penitenciario Federal (SPF) se encuentra sin condena, según el último informe trimestral de la Procuraduría de Violencia Institucional (PROCUVIN). Y ese porcentaje crece en el grupo de jóvenes, de entre 18 y 21 años, donde más de la mitad de los detenidos no tiene fallo firme. 

A partir de cifras del SPF, en septiembre de 2024 había 11.716 personas encarceladas en establecimientos federales. De este total, el 41,1% (4.820) estaba en prisión preventiva, sin condena firme; mientras que el 58,9% restante (6.894) ya contaba con sentencia definitiva.

El informe indica que, entre julio y septiembre de 2024, la cantidad de personas detenidas con condena aumentó un 5,3%, mientras que la de aquellas en prisión preventiva disminuyó un 4,8%.

La cantidad de jóvenes de 18 a 21 años detenidos en el SPF llegó a 323, lo que representa un aumento del 6,3% entre julio y septiembre, convirtiéndose en uno de los grupos que más creció en términos porcentuales dentro del Servicio Penitenciario. De este total, más de la mitad, un 53,9%, permanece privado de libertad sin una condena firme.

En 2013, la Auditoría General de la Nación señaló en un informe que el 57% de la población carcelaria del Servicio Penitenciario Federal se encontraba sin una condena firme. Especialmente en los complejos penitenciarios de Ezeiza y Marcos Paz, ese número ascendía a 85% y 76% respectivamente.

Sobrepoblación

Según el texto de la procuraduría, en septiembre de 2024 se registraron 714 personas detenidas por encima de la capacidad de alojamiento, que es de 11.002 plazas. Esto representa un aumento del 6,5% en la sobrepoblación carcelaria durante el tercer trimestre del año.

Entre julio y septiembre, la población detenida también creció un 0,9%, lo que equivale a 104 personas más. A nivel general, la cantidad de población penitenciaria se agravó con el paso del tiempo. En 2014 se cruzó por primera vez la línea de 10.000 detenidos y, a partir de 2016, el incremento fue aún más pronunciado. En el tercer trimestre de 2021 se cruzó la línea de la sobrepoblación y, a partir de ese momento, el sistema penitenciario federal se encuentra funcionando por encima de su capacidad máxima, 11.002 plazas.

Mujeres en el encierro

El texto de la PROCUVIN presentó que, en la actualidad, hay 907 mujeres y personas trans detenidas, lo que representa un aumento del 4,3% en el último trimestre. La cantidad de mujeres embarazadas en prisión se duplicó, de 5 a 10. Además, más de la mitad (53,9%) de estas personas se encuentra en detención sin una condena firme.

Entre julio y septiembre, el número de mujeres encarceladas creció un 4,1%, mientras que la población trans aumentó un 9,4%. En conjunto, la cifra de mujeres y personas trans detenidas se incrementó un 4,3%.

Es importante señalar que más de la mitad de las mujeres y personas trans en prisión están en situación de prisión preventiva, lo que representa una proporción mayor que la de la población general del SPF en esta misma circunstancia. La diferencia, en términos relativos, es del 12,8%.

Manos a la Obra 

El Servicio Penitenciario Federal es la institución del Estado Nacional encargada de la gestión y administración de los establecimientos penitenciarios, así como de la implementación de programas destinados a ayudar a las personas privadas de libertad a desarrollar habilidades y pautas de comportamiento que faciliten su reinserción en la sociedad.

El 17 de octubre, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, presentó en el Complejo Penitenciario de Ezeiza el programa Manos a la Obra. El proyecto, que se implementará en todo el país por parte del Servicio Penitenciario Federal, busca que todos los detenidos trabajen dentro de las cárceles.

La prueba piloto de la iniciativa comenzó en el Complejo 4 de mujeres de Ezeiza. El personal penitenciario organizó un esquema para que las internas se ocupen del mantenimiento de los edificios. 

El Ministerio de Seguridad informó que, en la actualidad, se está terminando de pintar el interior de los edificios y que se comenzará a trabajar en el exterior. Este proceso se repetirá en otras instituciones en todo el país.

“El programa también incluye la implementación de sistemas biométricos para el control de horarios. Además, la clasificación de los internos permitirá una asignación eficiente de las tareas, bajo la estricta supervisión del SPF”, destacó el documento del Ministerio.

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