Cuando los mudaron a las oficinas de la esquina porteña de Corrientes y Talcahuano, los integrantes de la Comisión de Trabajo por la Reconstrucción de Nuestra Identidad desconocían que ese espacio había sido sede del Ente Autártico Mundial ‘78 (EAM) y que el vicealmirante Carlos Alberto Lacoste lo usaba para sus reuniones. Mientras analizaban los legajos de trabajadores desaparecidos, descubrieron por los registros de catastro municipal que el edificio al que habían sido derivados fue utilizado por dirigentes de los años más siniestros de la historia argentina. 

“La historia se hace presente y se manifiesta de todas las maneras”, sostuvo ante El Auditor.info Julián Scabbiolo, responsable de la Comisión que se encarga de recuperar los expedientes de empleados de organismos públicos o privados que fueron víctimas del Terrorismo de Estado desde el 16 de junio de 1955 hasta la vuelta de la democracia en 1983. Junto con compañeros, comenzaron con esta misión en 2006 que luego fue respaldada por el Decreto 1199/2012 y mediante la cual ya recuperaron más de 800 legajos.

La Comisión de Trabajo por la Reconstrucción de Nuestra Identidad funciona en lo que fue una sede del EAM78.

La tarea central de la Comisión es revisar los legajos de trabajadoras y trabajadores desaparecidos tanto de la Administración Pública Nacional como de empresas privadas. En esos documentos figuran que las bajas se debieron a “ausentismo”, “abandono de persona”, “Despidos con justa causa”, “renuncias forzadas”, lo que ocultaba su verdadera razón.

 “Es una reparación moral. Para los allegados a ese trabajador desaparecido es una manera de cerrar un círculo", consideró Scabbiolo.

“Recuperar esos legajos, dejar registro de lo que realmente sucedió, es lo que nos permite construir el futuro”, contó Scabbiolo. Para él con esta reconstrucción se saldan cuentas pendientes en la historia y la identidad tanto del movimiento trabajador como del sindical. “Durante años, esta información se mantuvo en la oscuridad y en el olvido. Esto es un trabajo de búsqueda paciente y colectiva, por la memoria del movimiento obrero, por todas sus resistencias y sus luchas ante los gobiernos dictatoriales que hicieron todo lo posible por desarticular la organización. Es un granito de arena en la gran lucha por los derechos humanos”, agregó.

Una vez confirmadas las causantes de las ausencias en los puestos de trabajo, desde la Comisión inscriben en los expedientes las verdaderas razones de la baja y entregan una copia de la documentación durante un acto público en los ámbitos de trabajo donde se desempeñaban, ante la presencia de familiares, compañeros y amigos. “Es una reparación moral y una batalla cultural. Para los allegados a ese trabajador desaparecido es una manera de cerrar un círculo, de decir las cosas como realmente fueron y que dejen de invisibilizarse. Después de tantas décadas, sigue siendo aún muy emocionante para la familia y los amigos”, afirmó el coordinador de la Comisión.

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Tweet de Carla Pitiot

En diciembre del año pasado, el Congreso aprobó la Ley 27.656, cuyo proyecto fue presentado dos años antes por la diputada nacional con mandato cumplido y dirigente de la Asociación del Personal de Organismos de Control (APOC), Carla Pitiot. Con la normativa se amplió la recuperación de legajos al sector privado, un derecho que hasta entonces sólo estaba respaldado para el ámbito público. 

"Haber presentado el proyecto de ley junto a otros compañeros sindicalistas y poder acompañarlo paso a paso hasta su sanción fue sin lugar a dudas una experiencia de construcción y conquista gremial colectiva de gran valor para nosotros. Trabajamos con la secretaría de Derechos Humanos de la CGT y con la Comisión por la Identidad fuertemente para que sea Ley", señaló Pitiot y agregó: "Hoy las familias y los compañeros de los trabajadores y trabajadoras detenidos desaparecidos pueden ver los legajos de sus seres queridos reconstruidos con verdad histórica. Se trata de un gesto de reparación que contribuye a seguir generando memoria activa".

La recuperación de legajos es, además, una iniciativa reconocida por la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo en la Argentina debido a su relevancia histórica y única a nivel mundial.

Un espacio para la memoria

Los legajos recuperados de trabajadores desaparecidos hoy descansan en ficheros de una de las habitaciones del segundo piso del edificio de Avenida Corrientes 1302. En el salón principal del inmueble funciona desde hace cuatro años la Biblioteca Roberto Repetto destinada a bibliografía vinculada al mundo laboral y de Derechos Humanos.

Los integrantes de la Comisión de Trabajo por la Reconstrucción de Nuestra Identidad desembarcaron allí en 2016. "No sabíamos lo que había pasado en estas oficinas. Con el tiempo fuimos descubriendo la historia que albergaba este lugar", compartió Scabbiolo. 

La Biblioteca de Trabajo y Derechos Humanos "Roberto Repetto" en el edificio de Talcahuano y Corrientes.

Al develar su relevancia histórica, tanto el primero como el segundo piso fueron cedidos por la Secretaría General de la Nación a la órbita del Ministerio de Obras Públicas de la Nación para que allí se establezca un Espacio de la Memoria sobre el EAM ’78. "Todo un piso se destinaría a una biblioteca con sala de lectura y acceso al archivo. Y en otro piso montaríamos una radio y las oficinas para la Comisión", describió Scabbiolo.