Subsidios al sector económico: 2.312% de aumento en siete años
En 2005, alcanzaban los $2.820 millones, mientras que para el 2011 suben a $68.015 millones. Su impacto en las finanzas públicas. Opina Orlando Ferreres.
El crecimiento de los subsidios destinados al sector económico, en el periodo que abarca los años 2005 y 2011, es notable: siete años atrás representaban el 27% del total de los subsidios ($2.820 millones), y ya para el 2011 alcanzaban el 64% ($68.015 millones). Puntualmente, en 2007 se produce una de las mayores alzas: en el sector del transporte aumentan un 126% (se ubican en 4 mil 280 millones de pesos), en energía un 149%, en comunicaciones un 166% y en AYSA S.A. un 764%. Si bien en los años subsiguientes el incremento continúa, se da a una tasa menor. No obstante de ello, de $12.000 millones de transferencias del Estado Nacional al sector económico en el 2007, la suma asciende a $68.000 millones en 2011, lo que representa un incremento total de los subsidios económicos del 2.312% (2005-2011).
Lineamientos Generales
Los subsidios, conforme a la política del gasto, se dividen en económicos y sociales: los primeros se destinan a los diferentes sectores productivos y de servicios de la economía, mientras que los segundos se focalizan en las transferencias sociales.
El concepto de subsidio social comprende las transferencias que realiza Estado Nacional para la prestación de servicios de la salud, promoción y asistencia social, educación, trabajo y vivienda.
Conceptualmente, los subsidios económicos son transferencias que efectúa el Estado Nacional y que se encuentran encuadradas dentro de las transferencias para financiar gastos corrientes y/o de capital de algunos agentes económicos sea con el objeto de mantener fijo el precio de determinados bienes y servicios (como es el caso de los subsidios al transporte o al sector energético), como para atender el funcionamiento de las empresas públicas y/o privadas.
Participación de los diferentes sectores
Los sectores más beneficiados en el reparto de subsidios económicos son el energético y el de transporte. El primero de ellos, con una participación en los años 2010-2011 del 58%, y el segundo del 32%, es decir, ambos representan casi el 90% del total de los subsidios.
Un análisis más puntilloso del sector energético permite observar que las empresas CAMMESA, ENARSA y YACIMIENTOS CARBONÌFEROS DE RIO TURBIO S.A son las principales beneficiadas por los subsidios otorgados por el Estado nacional. El incremento en este sector para el periodo 2005-2011 es sustancial, pasa de $1.778 millones a poco más de $40.400 millones.
Por otro lado, y respecto al incremento de los subsidios al sector energético en su conjunto desde el 2009 al 2011, se da un aumento significativo: alcanza el 213%.
Concepto de los subsidios otorgados
En el sector energético se otorgan subsidios para diferentes fines, uno de ellos es asegurar la prestación del servicio, en segundo lugar fomentar la inversión dentro del sector y por último mantener congeladas las tarifas tanto sea al sector minorista (usuarios residenciales) como al mercado mayorista.
En los años 2010 y 2011, los incrementos de las transferencias a las dos principales empresas beneficiadas son CAMMESA con 58% y 76%, y ENARSA con 97% y 91% respectivamente. En resumen, el incremento acumulado de subsidios a la energía en el periodo 2005-2011 alcanza un 2.176%. Esto aumenta, de alguna manera, la presión sobre el gasto, mientras que siete años atrás representaban el 2% del gasto, al 2011 los mismos superan el 7%.
Por otro lado, respecto a la presión de los subsidios totales (económicos y sociales) sobre el total de gasto que realiza el Estado Nacional, mientras que en el 2005 llegaba a un 12%, alcanza un 23% en el 2010, lo que significa que los subsidios han duplicado su participación en el gasto. Lo mismo ocurre si se compara con el Producto Bruto Interno de la economía, estas transferencias comienzan representando el 2% del PBI y en el 2010 ya superan el 5%.
Por último, y respecto al uso que se le dieron a estas transferencias (es decir, si el gasto efectuado se destinó a la inversión y capitalización de las empresas o si fue utilizado para financiar gastos corrientes), en lo que respecta a la Formulación Ejecución de la Política de Energía Eléctrica, representado principalmente por CAMMESA, en el año 2011 se destinaron casi el 96% de los subsidios a financiar gastos corrientes.
Con relación a la financiación de empresas públicas se desprende que en el caso de ENARSA el gasto corriente asciende a más del 92%, y por el lado de Yacimientos Carboníferos de Río Turbio alcanza casi el 82%. Es decir, en promedio el 87% del sector energético destinó, con las transferencias que el Estado Nacional le asignó el año pasado, el 90% para gastos corrientes y sólo el 10% se utilizaron para gastos de capital (inversiones).
Recaudación del Estado Nacional.
Al comparar lo recaudado en enero de 2012 con lo que ocurría en el mismo periodo del año pasado, surge que ahora los impuestos crecen al 29% en lugar del 42,1%, los ingresos relacionados con el comercio exterior crecen al 24,4% versus el 56,2%. Por su parte, la seguridad social se mantiene en niveles constantes de crecimiento (un 32,8%). En consecuencia, el total recaudado ahora crece un 10,8% menos que hace un año atrás, esto es el 40,5%.
Subsidios económicos
*Por Orlando Ferreres
Desde el 2005 al 2011 las transferencias corrientes al sector privado, o sea subsidios en lenguaje de todos los días, aumentaron un 605%. Estos subsidios económicos, destinados a financiar el congelamiento de las tarifas y a cubrir el déficit de las empresas públicas, se han convertido en una pesada carga para las cuentas públicas. En el año 2005, el gasto en concepto de transferencias corrientes al sector privado totalizó $14.700 M mientras que el año pasado ascendió a una suma cercana a los $103.600 M.
En 2011, los subsidios económicos representaron aproximadamente el 72% del total de las transferencias corrientes realizadas. En particular, se destinaron $42.000 M al sector energético (CAMMESA y ENARSA principalmente) con la finalidad de subsidiar el divorcio existente entre las tarifas de gas y electricidad que se encuentran reguladas y los precios de dichos servicios en, por ejemplo, países limítrofes.
Además, de ser una pesada mochila que complica a las cuentas públicas y disminuye el margen de maniobra dada su inflexibilidad a la baja, los subsidios han influido negativamente en las inversiones y comprometido el autoabastecimiento energético, generando un cuello de botella en la oferta. Así es que el Estado se vio obligado a subsidiar también la importación de combustibles y electricidad.
Por su parte, los subsidios al transporte alcanzaron en 2011 los $22.000 M y los principales destinos fueron el Concesionario de Trenes y Subtes, el Fondo Fiduciario del Sistema de Infraestructura del Transporte y Aerolíneas Argentinas.
Adicionalmente, a pesar de poseer una incidencia mucho menor, las transferencias a empresas públicas no vinculadas al transporte ni a la energía también evidenciaron un gran dinamismo. En 2011 se transfirieron por este concepto $7.200 M.
En síntesis, las distorsiones en los precios del transporte y la energía, sumados a los programas de asistencia social que se han instalado, conforman una complicada herencia hacia el futuro. Las erogaciones en subsidios han crecido enormemente en los últimos años y la inflexibilidad a la baja de los mismos genera incertidumbre en cuanto a la sostenibilidad fiscal.
El exagerado incremento que vienen evidenciando los subsidios desde el año 2002 está afectando a las finanzas públicas negativamente en cuanto a su sostenibilidad en el tiempo. Así, ni los recursos que el Estado percibía históricamente ni aquellos que fueron creciendo e incorporándose en la última década (retenciones, impuesto al cheque, etc.) están siendo capaces de contrarrestar la fuerte expansión del gasto público, fundamentalmente la de los subsidios.
*Economista y Presidente de Orlando J Ferreres & Asociados S.A