Es que el actual Jefe de Gobierno porteño fue, sin dudas, el amplio ganador en la jornada cívica del último domingo. Para empezar, fue él mismo quien impulsó y amparó la candidatura de Larreta, su hombre de mayor confianza dentro de su círculo de trabajo, para que terminara imponiéndose como finalmente lo hizo, con un 28,4 por ciento de los votos sobre el 18,9 de Michetti, segunda dentro del PRO pero también segunda en la general, con poco más de un punto sobre el candidato de ECO, el ex ministro de economía y actualmente legislador Martín Lousteau, que obtuvo el 17,8 por ciento de los votos porteños.

Entre Larreta y Michetti, el PRO sumó un 47,3 por ciento, cifra similar a la obtenida por el propio Macri en las elecciones de 2011, cuando fue relecto como jefe del gobierno porteño. En tanto que ECO, que tiene como precanditados presidenciales a la diputada Elisa Carrió y al senador Ernesto Sanz, obtuvo un 21,9 por ciento -sumando los votos de Lousteau y los Graciela Ocaña, que obtuvo el 4,1 por ciento. Las dos fuerzas, sumadas, arrojan una base del 69,9 por ciento en la CABA. Un piso nada despreciable para las aspiraciones presidenciales de Macri, que antes deberá medirse en las PASO con los candidatos de ECO.

Macri jugó fuerte en la interna del PRO, bendiciendo a su disciplinado funcionario estrella, Larreta, quien incluso a pesar de su cuestionado carisma logró, por su parte, imponerse en las quince comunas porteñas, con porcentajes mayores al 40 por ciento.

Con el PRO afianzado como primera fuerza porteña, lo único que parece quedar en juego en las elecciones del próximo 5 de junio la disputa por el ingreso al ballotage entre la segunda fuerza, ECO, y la tercera, el Frente Para la Victoria (FpV), que impulsó la candidatura del camporista y presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, que obtuvo el 12,3 por ciento de los votos, que sumados a los que aportaron los otros candidatos del FpV, como Gabriela Cerrutti 2,1; aníbal Ibarra 2,03; Carlos Heller 1,5 y el punto restante que sumaron los otros tres animadores de la interna del FpV, alcanzaron un total del 18,7 por ciento.

Carrió y Sanz se entusiasmaron con la chance que su candidato, Lousteau, tiene con estos números de alcanzar una segunda vuelta en las próximas elecciones. Y, cuando todavía no se terminaban de conocer los números, aventuraron que su fuerza llegaría al ballotage y que, finalmente, en caso de ser así, también lograrían imponerse frente al propio Larreta. Por el lado del kirchnerismo, los números son menos alentadores. Es que el 22 por ciento obtenido parece poco respecto al 27 con que Daniel Filmus perdió la primera vuelta frente a Macri en 2011. De hecho, para el FpV los números estuvieron por debajo de sus expectativas. Varios funcionarios terminaron pedaleando en el aire, entre ellos el jefe de Gabinete nacional, Aníbal Fernández, quien festejó un hipotético segundo lugar que finalmente se escapó y terminó aceptando que se trató de una elección esquiva para el oficialismo.

La ciudad, se sabe, ha sido siempre un campo de batalla complicado para el peronismo. Estas PASO no han sido la excepción ni mucho menos. Por eso tanto Recalde como el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, quien lideraba la lista de legisladores del FpV, deberán trabajar duro estos días para intentar levantar el piso en el que los colocaron las PASO y tener chances de vencer a Lousteau, ex ministro de economía de Cristina Fernández de Kirchner, para colarse en el ballotage.

Además de los nombrados, también pasaron el filtro de las PASO otros dos candidatos a jefe de Gobierno: por el Frente de Izquierda estará Myriam Bregman, que obtuvo el 2,2 por ciento de los votos; y Autodeterminación y Libertad, estará el ex diputado Luis Zamora, quien logró superar el 2 por ciento. Afuera, por muy poco, se quedó Claudio Lozano, candidato de Camino Popular, que arañó el 1,4 por ciento y no pudo superar el corte de 1,5 que estipula la ley electoral.

De todas maneras, parece estar bastante claro el hecho de que por más fuerza que ECO y el FpV hagan para ingresar a la definición final, el PRO ha tomado impulso suficiente como para imponerse en la ciudad frente a cualquier otra fuerza, aliada u opositora. La euforia del festejo dentro del búnker montado en Costa Salguero, donde no faltaron los bailecitos ni los globos de colores, es una clara muestra de confianza desbordante de los principales referentes del PRO, arraigada en el singular hecho de que, incluso a pesar del desgaste típico por la gestión, el PRO, desde que en 2007 ganó la ciudad, no perdió ninguna elección.

Si hubo, acaso, una derrota ayer dentro de las propias filas del PRO. Fue la que sufrió Michetti, y que intentó disimularse con un festejo compartido. Macri quería evitar la interna entre la ex vice jeja de Gobierno, ahora senadora, con Larreta. Incluso le había propuesto que se sumara como vicepresidenta a su fórmula para las PASO de agosto. Pero Michetti desafió su poder y se presentó igual, incluyendo en sus filas a varios funcionarios del gobierno de macrista. Ayer, preso de la euforia por la conquista en la CABA, que se le suman a las chances ciertas de una victoria del PRO también en Santa Fe, Macri anunció pero puso en suspenso el nombre de su compañero/a de fórmula para las presidenciales. Tenemos un vicepresidente, ya se van a enterar, comentó. Posiblemente no sea ahora Michetti, al menos eso dejó entrever Larreta, tras su categórico triunfo.

En fin, la jugada de adelantar las elecciones porteñas, donde el PRO manda desde hace ocho años le salió bien a Macri, que ahora deberá pisar con pie de plomo en las otras contiendas de la política nacional. En ese sentido, Macri le ha dado una brava lección a su contrincante en las presidenciales, el candidato del Frente Renovador, Sergio Massa. El candidato que el ex intendente de Tigre eligió bancar para la ciudad, Guillermo Nielsen, ni siquiera superó el corte del 1,5 por ciento.

Por último, a nivel nacional, en Neuquén -donde el gobernador Jorge Sapag también desdobló las elecciones-, el oficialista Movimiento Popular Neuquino (MPN) se impuso ante el FpV y el PRO. El candidato y ex ministro de Economía de Sapag, Omar Gutiérrez, derrotó por con el 37,8 por ciento de los votos al candidato del kirchnerismo, el intendente de Cutral-Co Ramón Rioseco, que hizo una buena elección con el 28,8 por ciento, y se ubicó delante del candidato del PRO, Horacio Quiroga, que obtuvo el 19,43 por ciento.

Así, el nuevo mapa político nacional comienza a armarse y, poco a poco, cuando se vayan conociendo los resultados en las otras provincias que desdoblaron las elecciones de gobernadores con las presidenciales, los argentinos podrán ir armando el rompecabezas de la escena política nacional. Más allá de ganadores y perdedores, lo que se impone es seguir trabajando para fortalecer una democracia amplia y participativa.

*Sociólogo y periodista.