Entre 2005 y enero de 2008 el presupuesto del Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI) aumentó un 7309 por ciento. Durante ese período, entró en vigencia un decreto que facultó al organismo a realizar obras de infraestructura vial y relegó a un segundo plano los gastos en las tareas de fiscalización que le dieron origen. Además, a pesar de tratarse de un ente financieramente autárquico, la participación del Estado se incrementó durante el mismo período a través de aportes del Tesoro Nacional y de trasferencias hechas desde el Fondo Fiduciario del Sistema de Infraestructura del Transporte, hasta representar el 99 por ciento del total de los ingresos del ente en 2007.

La evolución presupuestaria del OCCOVI mostró un salto cuando se ampliaron sus facultades mediante el decreto 1.915/04. Además de controlar el cumplimiento de las concesiones viales, que es en principio su objetivo inicial, el ente quedó autorizado a partir de esa disposición a contratar y ejecutar obras de reparación y construcción de caminos, colectoras y rotondas en materia de seguridad, mejoras en los accesos, ampliación de la red vial concesionada, repavimentación e iluminación de intersecciones.

El organismo presupuestó $ 6.770.000 para 2005 y el 67 por ciento de ese total fue destinado a gastos en personal. Pero desde 2006, con la puesta en marcha de sus nuevas potestades, el OCCOVI presentó un presupuesto de $ 221.348.856, es decir, 3170 por ciento más que el año anterior. A partir de ese ejercicio comenzó a evidenciarse una importante diferencia entre el dinero destinado a las tareas de control de las concesiones y lo empleado para las obras de construcción porque, si bien en un año casi se duplicaron las partidas para el sueldo del personal de fiscalización ($ 12.356.141, en mayor medida por las variaciones nominales de los salarios), la participación de ese rubro en el total del presupuesto fue de sólo el 6 por ciento y se mantuvo en torno a ese porcentaje en los últimos dos años.

En 2007, el presupuesto ejecutado del OCCOVI fue de $ 534.706.714, y aumentó un 141 por ciento frente al año anterior. Lo destinado a los controles de concesiones viales fue $ 20.462.015, un 4 por ciento del total. De esa diferencia surge que, por cada peso empleado por el organismo para cumplir su rol de fiscalizador, destinó $ 25 a los programas de construcción.

Lo presupuestado para este año asciende a $ 501.584.300, lo que representa un 6,2 por ciento menos que en 2007. El ente planeó destinar sólo el 5 % del total para controles y sueldos, $ 23.632.044.

Desde la vigencia del decreto 1.915/04, el objetivo que dio origen al OCCOVI quedó opacado frente a su nuevo rol de constructor de caminos que el mismo organismo debe controlar. La mayor parte del dinero con el que aumentó el presupuesto del ente en los últimos ejercicios proviene del Estado Nacional, pese a que desde la puesta en marcha del OCCOVI, en 2001, la norma que lo reglamentó destacaba su autarquía financiera. El organismo tiene ingresos propios que provienen del 0,5 % de la recaudación neta del peaje, 1 % de lo que se genera como explotaciones complementarias y áreas de servicio, y el redondeo de la tarifa de los peajes. En 2006, los ingresos propios sumaron $ 8.054.733, un 4 % del total de gastos de ese año. La proporción es menor en el año siguiente: lo recaudado por el OCCOVI fue $ 7.552.895 y representó sólo el 1 % de sus gastos totales.