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Publicado: 03-12-2013
 
Según un sondeo de Transparencia Internacional, se ubicó en el puesto 106 a nivel mundial; en 2012 quedó en el 102.

Los problemas de corrupción en la Argentina continúan siendo una deuda pendiente del Gobierno. Basta observar lo que sugieren los últimos datos alrededor de este tema para confirmar esa realidad: la fundación Poder Ciudadano informó ayer que durante el año que termina el país experimentó una nueva caída en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC). Ésta es la herramienta que usa Transparency International (TI) para medir el grado de transparencia en las distintas partes del mundo.

De acuerdo con ese termómetro, elaborado sobre la base de entrevistas con empresarios y directivos de ONG, la Argentina obtuvo 34 puntos en una escala de 0 a 100 y se ubicó en el puesto 106, de un total de 177 países auditados. Esto significa un retroceso respecto del año pasado, cuando había cosechado 35 puntos y había quedado en el lugar 102.

La cifra ubica a la Argentina en una mala posición global en el ranking que encabezan, como los países más transparentes, Dinamarca y Nueva Zelanda, con 91 puntos cada uno. En el otro extremo se encuentran las naciones vistas como las más corruptas: Somalia, Corea del Norte y Afganistán, las tres con 8 puntos.

La Argentina también queda mal ubicado en el ranking del continente americano: quedó en el lugar 22 entre los 32 países. Eso ubica a la Argentina por debajo, entre otros, de Uruguay, que, con 73 puntos, es la nación sudamericana mejor posicionada en cuanto a índices de corrupción y comparte con Estados Unidos el puesto 19 en la escala global; Chile, que quedó en el lugar 22, con 71 puntos; Cuba, en la posición 63, con 46 puntos; Brasil, 72, con 42 puntos, Jamaica y Perú, 83, con 38 puntos; Colombia, 94, con 36 puntos, y Ecuador, 102, con 35 puntos. En el mismo nivel que la Argentina quedaron Bolivia y México, y debajo, Paraguay (150, con 24 puntos) y Venezuela (160, con 20 puntos).

Pablo Secchi, director Ejecutivo de Poder Ciudadano (capítulo argentino de TI), destacó que el "estancamiento" que experimenta la Argentina en esta materia está relacionado con dos situaciones. "En primer lugar, la ausencia en nuestro país de políticas anticorrupción, que se reflejan en los inactivos organismos de control -afirmó-. Y en segundo lugar, se percibe un alto nivel de impunidad. Son muy pocas, diríamos casi nulas, las investigaciones de corrupción, cuando las hay, que llevan a una condena efectiva", dijo.

Según la información brindada por Poder Ciudadano, el Índice de Percepción de la Corrupción se elabora sobre la base de "la opinión de expertos sobre la corrupción en el sector público". Son empresarios y especialistas que responden a una decena de encuestas sobre corrupción elaboradas por las consultoras más conocidas y por instituciones internacionales, como TI y el Banco Mundial.

Factores determinantes

Desde Poder Ciudadano agregaron que "las puntuaciones de los países pueden ser positivas cuando existe un amplio acceso a sistemas de información y normas que regulan el desempeño de quienes ocupan cargos públicos, mientras que la falta de rendición de cuentas en el sector público e instituciones públicas poco eficaces son factores que deterioran estas percepciones".

En el continente americano, que tiene como nación más transparente a Canadá (en el puesto 9 de la tabla global) y como menos transparente a Haití (163), las malas notas son un denominador común. Dos tercios de los países americanos obtienen menos de 50 puntos, con lo que el continente se erige como un ejemplo de lo que pasa en la mayor parte del planeta, donde se experimenta un promedio similar.

"El Índice de Percepción de la Corrupción demuestra que todos los países se enfrentan todavía a la amenaza de corrupción en todos los niveles de gobierno, desde el otorgamiento de permisos locales hasta la implementación de normas y reglamentaciones", indicó Huguette Labelle, presidenta de Transparency International.

"Los esfuerzos que en el futuro apunten a responder al cambio climático, la crisis económica y la extrema pobreza enfrentarán un obstáculo gigantesco, que no será otro que el de la corrupción", advirtió Labelle, que pidió que los organismos internacionales como el G-20 tomen "medidas enérgicas" contra el lavado de dinero.