Las universidades estatales del país están sujetas a múltiples mecanismos de auditoría interna, implementados para garantizar la transparencia en el uso de bienes y recursos, tal como exige la Ley de Educación Superior

Además del control administrativo externo, a cargo de la Auditoría General de la Nación (AGN), y del control interno ejercido por la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), cada universidad cuenta con auditorías propias para asegurar un manejo responsable de los fondos públicos. A estos procesos se suma también la evaluación de la calidad educativa de sus programas, en un esquema de supervisión que busca fortalecer la integridad en la administración universitaria.

En diálogo con El Auditor.info, Óscar Rebolledo, auditor interno de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), señaló que los controles universitarios presentan a veces "problemas de competencia", ya que no siempre está claro qué organismos pueden intervenir en las auditorías.

"La Sindicatura General de la Nación, al depender del Poder Ejecutivo, solo tiene competencia en los organismos que están bajo su jurisdicción, pero las universidades no forman parte de esta estructura", agregó. En este sentido, Rebolledo destacó que “la participación de la SIGEN debería limitarse a un rol técnico de colaboración”, asistiendo en las auditorías internas universitarias y recibiendo información específica, sin tener facultades legales para auditar directamente a estas instituciones.

 “La participación de la SIGEN debería limitarse a un rol técnico de colaboración”, afirmó Oscar Rebolledo, auditor interno de la UNCo.

En detalle, el experto en gestión universitaria expresó que la auditoría interna en las universidades debe ser integral y abarcar todas las actividades esenciales, no solo el ámbito económico-financiero. 

“El proceso académico es el más vital, especialmente el otorgamiento de títulos profesionales”, describió. Este enfoque integral incluye las áreas académicas, de ciencia y técnica, de extensión y, en un rol de apoyo, los aspectos financieros.

Por otro lado, Rebolledo advirtió que “a veces, los organismos externos interfieren en los controles universitarios sin valorar la importancia de estos procesos sustantivos, centrando su atención únicamente en lo financiero”. Esto, indicó, puede limitar la función completa de las auditorías internas en una institución educativa.

Qué aportan las auditorías internas

Las auditorías internas aportan valor a la organización al identificar debilidades de control en los sistemas y ayudando a las autoridades a gestionar riesgos de manera efectiva”, definió el auditor de la UNCo.

A su vez, señaló que la función de la auditoría interna es fortalecer el sistema de control interno, para que los riesgos se reconozcan a tiempo y se tomen medidas para corregir posibles desvíos. 

En concreto, las unidades de auditoría interna evalúan los riesgos más significativos y proponen medidas para mitigar su impacto, con el objetivo de acompañar a las autoridades en una gestión que permita alcanzar los objetivos de la universidad de forma eficiente y segura.

Rol del auditor interno

"El auditor interno debe actuar como un asesor de confianza, encargado de verificar que el sistema de control interno funcione correctamente", explicó Rebolledo. 

Su tarea principal es identificar las fortalezas del sistema y, a través de sus informes, señalar las debilidades para que las autoridades las corrijan. De esta manera, el auditor contribuye a la mejora continua de los procesos y a la seguridad de que los objetivos organizacionales se alcancen de manera eficiente.

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