¿Estrategia libertaria?
Si el Congreso no designa a los nuevos auditores, la semana que viene la AGN, el órgano que asiste al Legislativo en el control externo de la administración pública nacional, quedará sin seis de sus siete miembros del Colegio de Auditores. ¿El gobierno está dispuesto a ser auditado?
Hace un año que vencieron los mandatos de los tres auditores de la Auditoría General de la Nación (AGN) designados por la Cámara de Diputados de la Nación y en unos días vencerán los mandatos de los tres designados por el Senado.
¿Saben qué implica? Que la AGN, el órgano que asiste al Congreso en el control externo de la administración pública nacional, quedará sin seis de los siete miembros del Colegio de Auditores. Solo el presidente, elegido por la oposición, seguirá en funciones, absolutamente limitado en cuanto a su posibilidad de gestión institucional.
Es una situación absolutamente anómala. Nunca desde la creación de la AGN sucedió algo parecido. Más extraño es si tenemos en cuenta que este gobierno vive exigiendo auditorías y haciendo del control uno de sus (supuestos) caballitos de batalla.
Parece, a juzgar por los hechos, que la necesidad de control para este gobierno es pura espuma.
En concreto, la falta total de auditores afectará notablemente el control de legalidad, gestión y auditoría de toda la actividad de la administración pública centralizada y descentralizada.
¿Será algo que esta gestión está buscando? Si tenemos en cuenta que este organismo es también el encargado de auditar el préstamo del FMI, no parece tan descabellado pensar que en realidad el control no está entre sus prioridades; es más, cuando se trata de controlar la gestión o sus actos de gobierno hacen lo posible para evitarlo.
Sin ir más lejos, recordemos que hace casi un mes anunciaron la creación de una unidad para investigar la criptoestafa en el Ministerio de Justicia. Coincidimos en que es fundamental que se investigue ese escandaloso hecho, pero ¿en serio se van a investigar ellos mismos? Poco serio.
El control es una herramienta que contribuye a contar con gobiernos más transparentes, pero de nada sirve si los organismos responsables de esa tarea no pueden funcionar plenamente.
En pocos días sabremos si el gobierno está dispuesto a trabajar para alcanzar los acuerdos necesarios en el Congreso de la Nación que permitan la designación de los seis auditores y, por lo tanto, el pleno, normal y necesario funcionamiento de la Auditoría General de la Nación.