Aire contaminado: la mayor amenaza para la salud
Más del 90% de la población mundial respira aire de mala calidad. Cuál es la situación en Argentina y qué se puede hacer para mejorarla.
En el mundo la contaminación del aire provoca 4,2 millones de muertes anuales, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Más del 90% de las personas respiran aire de mala calidad. Para concientizar sobre esta temática, se estableció el tercer jueves de noviembre como el Día Internacional del Aire Puro. ¿Cómo es la situación en nuestro país? ¿Qué respiramos los argentinos?
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la falta de aire puro es el principal riesgo ambiental para la salud pública de la región. Sin embargo, en América Latina la problemática no tiene la cantidad de recursos asignados o la difusión necesaria como en otros países o regiones. La calidad del aire impacta en un montón de escalas y temáticas. "Es algo que nos afecta a todos”, expresó Pablo Orellano, doctor en Salud Pública e investigador adjunto del CONICET, quien desde el 2018 trabaja junto a la OMS en estudios relacionados a la calidad del aire.
A diferencia de otras situaciones, todos estamos expuestos a la contaminación del aire causada por distintas fuentes, algunas naturales como incendios forestales, una erupción volcánica o tormentas de arena, dependiendo el lugar. Y otras antrópicas, generadas por el hombre como las emanaciones industriales, el tránsito vehicular, la mala gestión de los residuos, los hogares y las actividades agrícolas.
¿De qué se compone el aire contaminado y cómo se mide?
El aire contaminado contiene gases como el dióxido de nitrógeno, el dióxido de azufre, el monóxido de carbono y el ozono. También material particulado que son "partículas sólidas muy chiquitas que flotan en el aire y las respiramos. A menor tamaño, pueden ingresar muy adentro de nuestro sistema respiratorio. Hay algunas como el carbón, sílice, sales, depende de donde provenga esa contaminación. Esto al ingresar puede generar una afectación”, detalló Orellano en comunicación con El Auditor.info.
“América Latina y Argentina tienen un déficit de información respecto de cómo está la calidad de aire de sus principales ciudades. Los equipos que se utilizan tienen que estar validados internacionalmente y son costosos. Por eso no están en la cantidad suficiente como en Europa, Estados Unidos o China. La Ciudad de Buenos Aires tiene algunos sensores automáticos con datos en su página web. Pero no son tantos, cualquier ciudad medianamente importante debería tener este tipo de sensores para ver qué está pasando”, enfatizó Orellano.
Calidad del aire y salud
Si bien Argentina cuenta con la Ley 1.356 de preservación del recurso aire y prevención y control de la contaminación atmosférica, al año la OMS calcula que mueren unas 15.000 personas producto de las complicaciones que genera respirar aire contaminado, de los cuales se estima que 85 son niños y niñas. “Me atrevo a decir que son muchas más las muertes causadas por estas patologías derivadas de esta problemática”, alarmó Mariano Díaz, médico pediatra especialista en Toxicología, miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría y de la Asociación Toxicológica Argentina.
Las consultas que más reciben y atiende, según Díaz, son por exposición a plaguicidas, gases, hidrocarburos y metales. “Los aerosoles de uso domiciliario son los que más afectan a los niños y los gases como el monóxido de carbono o los derivados de la quemadura de plástico. Entre los metales se encuentra la inhalación de mercurio y plomo. Y en las áreas rurales está la exposición a plaguicidas”, aseguró el especialista.
En niños esto afecta el crecimiento, genera patologías respiratorias como el asma, enfermedades tumorales o cancerosas, embarazos prematuros, bajos pesos al nacer, incide negativamente al desarrollo neurológico y las capacidades cognitivas. También cuadros alérgicos, erupciones en la piel, irritación de los ojos y enfermedades dermatológicas crónicas. En adultos puede ocasionar derrames cerebrales, cáncer de pulmón, infecciones respiratorias y enfermedades cardíacas, entre otras.
Ante este panorama surge una pregunta: ¿Qué se puede hacer? Para Díaz es necesario que haya algunos cambios en el hogar pero sobre todo políticas públicas orientadas a reducir la contaminación del aire. “Hay ciertas medidas que ayudan a reducir el impacto dentro de los hogares como el uso de energías limpias para reemplazar a los hidrocarburos o gases. La reducción en el uso de aerosoles. Una mejor gestión de los desechos y disminuir la quema de residuos. Pensemos que los chicos pasan la mayor parte del día en sus casas. También en los espacios públicos, como plazas o escuelas. Todo eso, junto a políticas públicas de forma integral van a favorecer a la calidad del aire”, concluyó Díaz.
Intoxicación por monóxido de carbono
Una de las consultas que más recibe Díaz son casos de intoxicación por monóxido de carbono. En 2017, el investigador y médico, junto a otros especialistas, realizaron un estudio donde aseguran que el monóxido de carbono es un “asesino silencioso” por tratarse de un gas incoloro e inodoro. Por sus características, “su toxicidad pasa desapercibida, lo cual dificulta arribar al diagnóstico. En la mayoría de los casos, las épocas frías y la intoxicación grupal hacen sospechar su presencia, debido a que se utilizan formas inapropiadas de calefacción tanto en el ámbito domiciliario como público”, reza el informe.
En este documento exponen el caso de una intoxicación masiva ocurrida en un salón de fiestas infantiles donde se utilizó esta fuente de combustión para generar luz. Según el informe, por año mueren unas 200 personas por esta intoxicación y se estima que ocurren unos 40 mil casos clínicos, sin sumar los casos que no concurren a consultar al sistema de salud.
Ante una intoxicación consulte a la Unidad de Toxicología del Hospital de Niños R. Gutiérrez las 24 horas al teléfono 4962-6666 // 4962-2247 // 08004448694