La aparición del covid-19 y las restricciones a la circulación por la pandemia modificaron la rutina de todos en la Ciudad, tanto de los vecinos como de las instituciones. ElAuditor.info visitó el renovado edificio de la Comuna 12 y charló con Gabriel Borges, el Jefe Comunal del distrito, al respecto. 

- ¿Cómo es la participación de los vecinos en los asuntos del barrio en épocas de confinamiento? 

Con los vecinos tenemos un grupo de chat y también reuniones mensuales por Zoom, de las que participa un funcionario que esté disponible, sea Larreta o Santilli. Íbamos a hacer uno por barrio, pero decidimos hacer uno por comuna para aprovechar el tiempo de las autoridades, porque queremos que estén lo más cerca posible.

- En cuanto a la participación, ¿qué cambió con la llegada de la pandemia?

Siempre fue un poco digital la participación de los vecinos, pero antes había reuniones presenciales en las plazas de cinco o seis horas en la que analizábamos proyectos con los vecinos. Con la pandemia, eso se cortó. 

- ¿Cambiaron las prioridades de los vecinos? 

Hoy el vecino se fija el metro cuadrado de su casa. Más allá de las obras, lo que le importa, y me parece que está bien, es su metro cuadrado. Que la vereda esté bien, que pase el barrendero, que el alumbrado esté bien, por ejemplo.

- ¿La comuna atiende a los vecinos sin que tengan la necesidad de salir? 

Ahora tenemos el call center acá y eso ayuda a los adultos mayores. El 50% de los reclamos los estamos solucionando por teléfono o por mail, como puede ser la falta de boletas. Eso está bueno, pero nosotros nunca cerramos las puertas. La comuna está abierta desde el primer día porque hay gente que, por más que le mandes las cosas, necesita de alguien que le explique. Los primeros días éramos pocos, pero luego la gente se fue acercando. El vecino reconoce la atención personal.

- ¿Cuál fue el rol de la comuna en cuanto a la situación sanitaria? 

Arrancamos con el Detectar fijo y después sumamos el Detectar móvil. También tenemos vacunación contra la gripe y en el Club Sin Rumbo, de Villa Urquiza, se vacuna contra el COVID a la gente que tiene turno.

- ¿Cómo está la situación sanitaria en la comuna? 

Veníamos muy bien, pero el último pico también lo tuvimos acá. A nosotros el Detectar móvil nos da mucho más alto el índice de contagios que el Detectar fijo. Eso quiere decir que la gente camina por la calle y no sabe que está contagiada. Al fijo vas por contacto estrecho, pero el móvil es espontáneo y el que pasa se testea. Habíamos arrancado con seis positivos y luego aumentó a 28 por día. En general, la Ciudad está con casos acelerados y nosotros lo mejor que podemos hacer es testear.

- ¿Qué impidió la pandemia a nivel comunal? 

El año pasado no hicimos poda lineal y eso hace que se te alargue la planificación. El mantenimiento de los árboles es fundamental porque si no se te van para cualquier lado. Eso es lo que nos quedó pendiente. El mantenimiento de las plazas se paró durante el inicio de la pandemia, pero luego la pudimos hacer. Además, el hecho de que estuvieran cerradas seis meses ayudó un poco a su conservación. Pero hoy es la única salida que tiene la gente y estamos con trabajando mucho ahí para que estén lo más prolijas posible.

- ¿Cuáles son los desafíos pospandemia? 

Tenemos pendiente el tema de la descentralización. Hay muchas cosas que se pueden descentralizar desde el Ejecutivo hacia las comunas y no se pudo dar esa mesa de diálogo. Queremos regular el bacheo y las veredas en general. Ya tenemos las fuentes y los espacios verdes, pero ese es un tema fundamental para manejarlo. Si a nosotros nos entra un bache por sistema lo podemos atender. Todo lo que se fue descentralizando funcionó mejor en las comunas, porque son temas de la zona. El vecino te llama y te conoce.