Curvas de contagio, síntomas, altas clínicas y definitivas, casos en terapia intensiva, muertos. Barrios, ciudades, provincias, países, regiones. Para analizar, o creer analizar, la pandemia de Covid-19 se publican y se consumen estadísticas y datos de todo tipo. La pregunta es ¿sirven realmente?

Para encontrar algunas respuestas, El Auditor.info se comunicó con Walter Sosa Escudero, economista que se especializa en econometría y estadística aplicada a temas sociales. Actualmente, en plena cuarentena, Sosa colabora con el Ministerio de Economía de la Nación y con la Facultad de Ciencias Exactas.

La información no viene de una encuesta, sino de gente que tiene síntomas o de testeos. Es como una anti encuesta.

Lo primero que destacó es que “hay mucha irresponsabilidad”. “Hay pocos datos y muy poca gente sabe de modelos, entonces en base a ciertos números que están disponibles, algunos hacen cálculos que sirven más para confundir que para otra cosa”, remarcó.

En ese sentido, Sosa enfatizó en que el gobierno "tiene casi que monopolizar la situación conversando con expertos para hacer un uso responsable de los datos”. “Es importante que haya centralización y que el Estado interactúe con el sector científico, que lo está haciendo, porque hace falta una comunidad muy madura donde cada uno cumpla su rol: el Estado, los científicos y los encargados de la comunicación”, agregó el Economista y advirtió que “es fundamental mirar información, pero solo con eso no se resuelve”.

Sobre la discusión si el gobierno y los mandatarios a lo largo y ancho del mundo están trabajando bien, Sosa fue claro: “Todos están aprendiendo e improvisando, por eso es importante apoyarse en la comunidad científica, la palabra autorizada en estos casos. La situación convoca a una madurez cívica en la que el Estado tiene que confiar y aclararle las cosas a las personas, sin lenguaje técnico, de manera simple. El problema es cuando se rompe ese equilibrio, que abre las puertas a las habladurías”.

Es importante apoyarse en la comunidad científica, es la palabra autorizada en estos casos.

Por último, el especialista se refirió a la generación de estadísticas sobre el Covid-19. “En la pandemia, el problema es que la información no viene de una encuesta, sino de gente que tiene síntomas o de testeos, es como una anti encuesta”, explicó y continuó: “Las comparaciones entre países son bastante complicadas porque dependen de dónde salen los datos de las políticas sanitarias y comunicacionales. Si en un país no hay casos puede ser por una excelente política sanitaria, porque no hubo contagios o porque la gente no se da cuenta de los síntomas”.

“Los datos que vemos de otros países de testeos, curados, contagiados o muertos están filtrados por un montón de decisiones de esta índole. Entonces es muy difícil hacer comparaciones en la pandemia”, concluyó Sosa.