Un informe de la FAO, organización de la ONU dedicada a la agricultura y la alimentación, sobre el retroceso de los desmontes en el mundo encendió la alarma en Argentina, ya que nuestro país se encuentra en una tendencia totalmente contraria al resto del planeta: ocupa el puesto 9 entre los 10 países que más desmontan sus bosques. En sintonía con esta situación, un trabajo de la Auditoría General de la Nación, de 2014, advirtió sobre la falta de acciones concretas de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación ni del Consejo Federal de Medio Ambiente para que las provincias ajusten sus legislaciones a lo establecido en el art. 9 de la Ley 26.331 de protección de Bosques Nativos.

Según explicó el Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, en el mundo la caída de la deforestación se produce en un momento en el que se está utilizando más madera que nunca, ya que la población humana mundial es más de un tercio mayor de lo que era en 1990. Esto demuestra que la gestión forestal sostenible y que la voluntad política y acciones concretas pueden hacer la diferencia, recalcó.

Pero en contraposición a la tendencia mundial y a los dichos de Graziano Da Silva, la AGN el año pasado realizó un informe sobre la puesta en práctica de la Ley de protección de los bosques nativos. El organismo de control especificó que del examen realizado en las provincias de Salta y de Santiago del Estero, se concluye que, a la fecha, la efectividad de los instrumentos de gestión aplicados es muy baja. Esto se desprende de la persistencia de deforestación en estas provincias en las categorías roja y amarilla.

Se requiere aumentar el compromiso del COFEMA a fin de instrumentar el Fondo Nacional para el Enriquecimiento y Conservación de los Bosques Nativos, conforme lo establecido en la Ley 26.331, aseguró el organismo de control que preside Leandro Despouy. Además, el informe señaló que es imprescindible la articulación con el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, organismo a cargo del Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas, dado que la conservación y aprovechamiento de los bosques nativos están estrechamente vinculados a los conflictos por la tenencia de la tierra. 

El documento elaborado por los auditores concluye con que es necesario armonizar las políticas de desarrollo sectorial que afectan la conservación de los bosques nativos, en particular las referidas al desarrollo agropecuario, a fin de que no atenten contra los objetivos de la Ley 26.331.

Por su parte, el Auditor General de la AGN, Alejandro Nieva explicó que es necesaria la adecuada gestión de los recursos a través de una planificación que, además de estratégica, tenga en cuenta las particularidades de las distintas zonas. Si bien existen causas naturales que escapan al control del Estado, la estructura estatal debe realizar todas las tareas de prevención pertinentes y minimizar los daños generados por las catástrofes naturales teniendo en cuenta la necesidad respetar el equilibrio del medio ambiente.

Desmontes, una mala costumbre

GestionPublica.info se comunicó con el Director de la fundación Árboles Sin Fronteras, Manuel Szwarc, quien confirmó que en nuestro país y en la historia en general los desmontes tienen que ver con ir ganándole espacio para otras acciones y otras actividades como puede ser la agricultura, la ganadería, la minería y las urbanizaciones.

Sobre el informe de la FAO y el papel que cumple Argentina hoy, Szwarc aseguró que este año se iba a producir un cambio pero igualmente hubo desmontes y nos han llegado denuncias desde distintos puntos del país. La clave es el Estado, porque si no se puede desmontar no se desmonta pero si el Estado no lo impide, se sigue haciendo, sentenció.

Se pierden 300.000 hectáreas por año pero el hombre no se da cuenta en qué lo afecta, explicó el Director de Arboles sin Fronteras, y afirmó que no estamos correctamente informados en que esos desmontes producen inundaciones, perdida de fertilidad en la tierra y desplazamiento de la población que vive en el bosque.

Como conclusión, Szwarc le comentó a este medio que desde su ONG se hacen dos tareas, por un lado educación ambiental y por otro forestación comunitaria, esto último entendemos que no es lo mismo que conservar lo que tenemos porque un bosque no se hace de un día para el otro.