Desde hace unos años, en algunas provincias argentinas, se está trabajando sobre las plagas o especies invasoras que destruyen lugares que debían ser conservados y poco se ha hecho por revertir esta situación, algo que advirtieron los diferentes organismos de control.

El 14 de agosto, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación organizó un evento con el propósito de aumentar la acción coordinada entre jurisdicciones para visibilizar el impacto que producen estas especies, según explicaron desde la cartera que comanda Sergio Bergman. El acto se realizó en el marco del proyecto Fortalecimiento de la gobernanza para la protección de la biodiversidad mediante la formulación e implementación de la Estrategia Nacional sobre Especies Exóticas Invasoras.

Durante el taller se introdujo a los participantes en la problemática, tanto biológica como social, de las especies exóticas invasoras, las que en Argentina han sido detectadas como amenazas importantes para la conservación de la biodiversidad. Son unas 716 especies registradas de plantas, animales, algas y hongos.

La importancia del control de plagas se centra en el impacto negativo que generan las mismas. El daño es tal que se calcula que se pierden USD 1,4 trillones anuales, lo que equivale al 5% del producto bruto mundial. En nuestro país, las especies exóticas invasoras reportaron pérdidas de, al menos, USD 3.388.690.871,75 durante 2016, lo que equivale al 0,63% del PBI argentino para ese período.

En marzo de 2015, la Auditoria General de la Nación publicó un informe en donde señaló a los castores como el mayor factor de pérdida de los sitios arqueológicos en el Parque Nacional Tierra del Fuego, provincia que cuenta con la particularidad de tener menos habitantes que dichos roedores (aproximadamente 136.000 a 150.000, según el último relevamiento).

Considerando casos concretos, se estima que el Estado pierde anualmente más de USD 66 millones por el impacto del castor en los ecosistemas fueguinos; los daños generados por el jabalí en la producción alcanzan los USD 1.380 millones; la pérdida económica asociada al mosquito es de USD 23.633 millones; y la proyección del impacto del estornino sobre la producción frutícola supera los USD 130 millones, informaron desde el Ministerio, a la vez que indicaron que durante la jornada se propuso el desarrollo de un plan de comunicación conjunto con las provincias, que permita potenciar y mostrar a nivel local las diferentes facetas de la temática.

Durante el evento, el secretario de Política Ambiental en Recursos Naturales, Diego Moreno, instó a buscar el modo de empezar a articular una estrategia común para llevar esto a la escala que se merece, sumando esfuerzos de todas las jurisdicciones.

La jornada de trabajo fue un espacio para promover la concientización en torno a la problemática de estas especies y se buscó identificar ejes de trabajo comunes de comunicación con referentes de prensa de nuestro país, indicaron.

Las soluciones no asoman y aún se trabaja en una estrategia nacional para promover la generación de políticas públicas que minimicen el impacto de las invasiones biológicas sobre la biodiversidad, la cultura, la economía y la salud.