Publicado: 04-03-2012
  
Hay dos empresas que hacen el recorrido. Una subió el 33% por la quita de subsidios y la otra, del Grupo Cirigliano, reconoce que está colapsada.

En falta. Ayer a las 17, decenas de pasajeros viajaban parados en un servicio expreso que transita por la autopista, algo prohibido tras una resolución de la CNRT. La empresa, que también administra el Sarmiento, dice que no da abasto.

Los 58 kilómetros que separan Buenos Aires de La Plata pueden ser una odisea para las miles de personas que vuelven cansadas del trabajo y no tienen otra opción que tomar un micro de media distancia.

La postal es habitual: cada micro que pasa por la avenida 9 de Julio antes de tomar la autopista hacia La Plata lleva media docena de personas apelmazadas contra el parabrisas y la puerta de entrada. Para descansar las piernas, en un trayecto que dura al menos cuarenta minutos, algunos se sientan sobre el tablero, al lado del conductor.

Viajar parado en la autopista está prohibido por una resolución de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT). Por eso, pocos de los micros que circulan tienen pasamanos para agarrarse: la gente se apoya en los respaldos de los asientos o se sienta en el piso para no perder estabilidad.

Además, una de las dos empresas que da este servicio suma quejas de usuarios, que denuncian que los coches de la línea 129 –el principal servicio de transporte público que une ambas ciudades– están en mal estado y abarrotadas de gente que viaja parada.

La empresa que maneja el recorrido es el Grupo Plaza: de los mismos dueños que TBA, la concesionaria del ferrocarril Sarmiento, el ramal en el que hace diez días murieron 51 personas. El trayecto Buenos Aires-La Plata es un ejemplo de descontrol en el sistema de transporte de media distancia. Existen sólo dos empresas que lo hacen: se estima que viajan 50 mil personas por día. La otra compañía que tiene un servicio similar es La Nueva Metropol, que lo hace bajo el nombre de Costera Metropolitana con la línea 195 y sale de Once.

Según fuentes de la CNRT, el Grupo Plaza es por lejos el que acumula más infracciones, pero tampoco son tantas: desde 2010 se labraron cerca de 300 actas por distintas irregularidades, incluyendo transportar gente de pie, emisiones contaminantes, falta de señalización y puertas que no se traban cuando el coche adquiere velocidad.

La 129 tiene ramales que salen de Once y de Retiro y varias paradas a lo largo de la Av. 9 de Julio. La mayor parte de los pasajeros sube en la intersección con Corrientes. Si bien la frecuencia es de diez minutos en hora pico, los coches viajan tan llenos que la mayoría no se detiene. "Hubo veces en que tuve que esperar casi dos horas y caminar hasta Santa Fe para poder tomarlo", se queja Leonardo, un usuario habitual.

El problema es fundamentalmente de seguridad. "Un vehículo viene diseñado para un determinado peso, que se excede cuando se lo llena con gente parada. Entonces, pierde estabilidad y capacidad de freno, sin contar que la gente cerca del parabrisas le resta visibilidad al conductor", explica Hernán de Jorge, responsable de Seguridad Vial del Cesvi. "Esto no ocurre sólo en esa autopista, a la gente que va a Pilar le pasa lo mismo", alerta.

La CNRT asegura que cuenta con cien inspectores en el Area Metropolitana. "No podemos poner uno en cada colectivo", se excusan y aseguran que el "primer responsable" de cumplir con las normas es la empresa. "Nosotros sólo hacemos multas", se desentienden pero prometen que van a "incrementar" los controles.

La situación se agravó el miércoles pasado, cuando comenzó a operar la quita de subsidios para servicios diferenciales. La Costera Metropolitana aumentó su precio de $ 15 a $ 20, y encima ya no se puede pagar con la tarjeta SUBE. Para mantener el beneficio, convirtió parte de su flota en "expresos", que tienen más paradas, un boleto de $ 10 y llevan gente de pie. ¿El resultado? Muchos pasajeros se volcaron al Grupo Plaza, que todavía recibe subsidios y no aumentó el boleto, según confiaron a PERFIL varios pasajeros y fuentes de la empresa. El viernes, la línea telefónica de denuncias de la CNRT se saturó por la gran cantidad de quejas contra ambas compañías.

La línea 129 tiene cien coches y adelantaron que desde lunes habrá seis más. También aseguraron que desde la semana pasada no se permite gente parada. Pero ayer a las 17, en una recorrida de PERFIL (ver fotos), se pudo comprobar lo contrario.


Metrovías niega críticas

Metrovías, la empresa que opera el subte porteño, demintió el crítico informe que difundió el Ente Regulador de Servicios Públicos acerca de la seguridad del servicio. El organismo había denunciado que en 2011 se detectaron 11.320 fallas, pero la compañía aseguró que se trató de cuestiones menores como roturas de vidrios en las boleterías o lámparas quemadas.