Chile Transparente –el capítulo trasandino de Transparencia Internacional- comenzó a utilizar Integrity Watch, una herramienta de datos abiertos para fiscalizar el lobby. Su uso reveló que desde 2014 “el 80% de las reuniones de lobby fueron ‘fantasmas’”.

El proyecto nació en la Unión Europea (UE) con el objetivo de monitorear las acciones de lobby que realizan las empresas frente a los distintos órganos de la UE. Luego se extendió a Francia, Inglaterra y actualmente funciona en Chile.

Allí, en 2014, se promulgó la Ley de Lobby pero hasta el momento no se había trabajado con datos para evaluar cuál es al sector al que más reuniones le solicitan o el patrimonio de las autoridades.

En este contexto, el director Ejecutivo de Chile Transparente, Alberto Precht, manifestó en diálogo con Diario Universidad de Chile, que la nueva herramienta permite “obtener revelaciones entre lobbistas o gestores de interés con autoridades, ver los incrementos patrimoniales e intereses de los funcionarios y poder hacer relaciones”.

Sin embargo, Precht reveló que “hay mucho no dato”. Es que “desde el Estado nadie fiscaliza la calidad de la información entregada”. En este sentido, aseguró que “muchas veces hay registros incompletos y a nivel municipal es imposible trabajar porque hay datos que no sirven dado que no son abiertos, utilizables, accesibles y útiles”.