Durante su último informe de gestión ante la Cámara de Diputados, el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, confirmó que las máquinas tragamonedas pasaron a la órbita de la Ciudad de Buenos Aires, lo que significa que Lotería Nacional perdió el 30 por ciento de sus ingresos.

El funcionario respondió así a la pregunta 576 que recibió esa tarde de fines de agosto, de parte de la diputada nacional Carla Pitiot, del bloque Unidos por Una Nueva Argentina. 

Puntualmente, la legisladora y dirigente de la Asociación del Personal de Organismos de Control (APOC), consultó cuál era el estado de situación de Lotería Nacional en materia de control y monitoreo de las máquinas tragamonedas.

Pitiot basó su pregunta en un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN), del que este medio dio cuenta en mayo de este año, y en el que se señaló que Lotería Nacional “no puede saber” si las máquinas dan el 90 por ciento de lo apostado en premios, tal como obligaba la normativa; que la entidad “no tenía formalizado” ningún tipo de control de rutina sobre las tragamonedas, ni tampoco podía hacer procedimientos sin pedirle información a los concesionarios, entre otras cuestiones.

Ante esto, Peña explicó que desde 2016 Lotería Nacional “realizó acciones tendientes a actualizar y profundizar cuestiones de control y, para ello, se evaluaron todos los informes”, como la investigación de la AGN, “y se tomaron las medidas necesarias para subsanar las observaciones”.

Una de esas medidas fue contratar a la consultora internacional KPMG que hizo su propia auditoría y concluyó que “los procedimientos de control realizados por el personal de la Gerencia de Fiscalización (de Lotería Nacional) no resultaban del todo efectivos, principalmente por no involucrar inspecciones proactivas en base a las situaciones o eventos identificados en tiempo real”.  

La empresa también llevó adelante “pruebas de juego”, que resultaron “positivas y, en principio, no arrojaron indicios de la existencia de errores o manipulación de la información generada por la máquina y transmitida a los equipos de Lotería Nacional”.

El relevamiento privado concluyó que “las mejoras deberían apuntar a fortalecer la seguridad, optimizando las funcionalidades de fiscalización del software del Concesionario/Operador, e incorporar herramientas que permitan realizar el monitoreo continuo y proactivo de las reglas de negocio que se definan”.

Volviendo a Peña, el funcionario añadió ante los diputados que el trabajo de la AGN “fue un insumo fundamental en las medidas correctivas impulsadas sobre la infraestructura tecnológica y las nuevas herramientas y procesos” que se llevaron a cabo.

En ese sentido, el jefe de ministros recordó que a mediados de año, la Comisión de Enlace conformada por la Ciudad y la Nación presentaron el Centro de Monitoreo del Juego, que concentra las tareas de “control inteligente” de estas actividades, e incluye un “mapa de slots”, una herramienta que “permite identificar la posición y el estado de cada máquina en tiempo real en las 17 sub-salas que funcionan en los distintos pisos de cada locación”, en referencia al Hipódromo de Palermo y al Casino de Buenos Aires.

Además, el complejo cuenta con un “sistema de alertas”; un programa bautizado “big data”, que “identifica comportamientos anómalos” de las tragamonedas; 120 inspectores de control digital (no usan papel); y 800 cámaras de video vigilancia en las dos salas de juego. Según Peña, todo reporta a un “data center de última generación” 

Lo relatado por el funcionario fueron los diferentes pasos de un proceso que derivó en un decreto, de julio de este año, mediante el cual “se formalizó al traspaso a la Ciudad de Buenos Aires de todas las competencias relativas a la explotación de los juegos de azar”.  

“Es preocupante”

El equipo de Pitiot analizó las respuestas de Peña y remarcó que no solo las tragamonedas pasaron al ámbito porteño, sino que también lo hizo el control sobre la actividad, por lo que ahora el ente encargado de esto es la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires.

Así, la AGN quedó con la potestad de examinar la gestión de Lotería Nacional, pero sin facultades sobre las tragamonedas

Al margen, los colaboradores de la diputada consideraron que es “más preocupante el efecto negativo que pudiera tener (el traspaso del juego a la Ciudad) sobre el futuro de Lotería Nacional, por la posible pérdida en sus ingresos”, y que el panorama “puede dificultar su continuidad, hecho que se podrá ratificar con los futuros estados contables” de la entidad.

En cuanto a los ingresos, el informe original de la AGN, que fue aprobado en 2016, decía que las tragamonedas representaban el 30 por ciento de la recaudación de Lotería Nacional lo que, en aquel momento, equivalía a unos 600 mil pesos por día.