Como cada 21 de marzo se conmemora el Día Internacional de los Bosques, una fecha para concientizar acerca de la importancia de su preservación y dar cuenta del estado de situación que los bosques nativos tienen en nuestro país. Estos ecosistemas se encuentran protegidos por la ley 26.331 de presupuestos mínimos para su conservación. 

“Se logró al menos detener lo que era la deforestación descontrolada”.

El Auditor.info se comunicó con Ana Di Pangracio, directora de Biodiversidad y directora ejecutiva adjunta de FARN, para charlar sobre la norma que a fin de 2023 cumplirá 15 años desde su sanción. “Cuando Argentina atravesaba los índices más altos en su historia de deforestación se sancionó la ley, se escuchó el amplio reclamo social y se logró al menos detener lo que era la deforestación descontrolada”, dijo. 

A partir de su creación las provincias tuvieron que empezar a cumplir con una serie de estándares, uno de ellos sobre la tarea del ordenamiento territorial de los bosques nativos, es decir crear un mapa que divida las hectáreas en tres zonas distinguidas por colores: verde (menor grado de protección), amarillo y rojo (no se puede desmontar).

“El desmonte ilegal siguió, pero la información que circula de informes oficiales es que con la ley de bosques se logró reducir en un 20% la deforestación y el cambio de uso del suelo en áreas cubiertas por bosque nativo promedia el 0,4% anual de pérdida”, indicó la especialista.

Hoy todas las provincias tienen su ordenamiento territorial realizado. Buenos Aires fue una de las últimas en entregarlo, con un total de 969 mil héctareas, tan sólo el 7% de ellas en rojo, el 74% en amarillo y un 19% en verde. Este distrito fue uno de los que más puso bosques en la zona de mediana conservación, por detrás de San Juan (93%) y La Pampa (75%).

Las zonas amarillas en todo el país representan un 61% del total. Es decir que de las 53 millones de hectáreas de bosques nativos en 32 millones se debe hacer uso sostenible y no se puede desmontar. Para la directora de FARN, Argentina “está en un escenario de poder proponer Deforestación Cero”. El problema está en que al faltar financiamiento y el control se permite hacer cambios de uso del suelo y muchas de estas áreas pasan a ser verdes y tener permitido el desmonte de forma legal. 

Según los últimos datos oficiales del último “Monitoreo de los bosques nativos” realizado por el Ministerio de Ambiente, en 2021 de las hectáreas que se perdieron el 44% correspondían a zonas amarillas, por encima del 28% en zonas verdes. Es decir, se perdió porcentualmente más en los lugares que tienen un grado mayor de conservación. 

En 2021 se perdieron en total 232 mil hectáreas,108 mil producto de incendios. De este último número, 99 mil correspondían a zonas verdes o amarillas. 

Por otro lado, en abril de 2022 FARN le hizo un pedido de acceso a la información al Ministerio de Ambiente para que le informe sobre las pérdidas en el primer trimestre del año. Entre enero y abril, 13 provincias registraron incendios y llevaron a la desaparición de 111 mil hectáreas, es decir que en cuatro meses se incendió más que todo el año 2021

¿Qué pasa con todo lo que se pierde? En la misma respuesta al pedido de acceso a la información, el Ministerio de Ambiente le dice a FARN que se está trabajando en un “Plan federal de restauración de bosques nativos incendiados” por el cual “buscará frenar el avance de los procesos de alteración y degradación de los ecosistemas debido a incendios forestales”. Se aclaró que se iban a destinar fondos para el Parque chaqueño, Selva paranaense, Yungas, Bosque andino-patagónico, Monte, Espinal y Delta e islas del río Paraná. No hay información oficial sobre si se realizó. 

Provincia por provincia

Hasta hoy el país figura en sitios como Global Forest Watch como uno de los 20 que más desmonte hace. Salta, Chaco, Formosa y Santiago del Estero “siguen siendo las cuatro provincias que más concentran deforestación”, explicó Di Pangracio e indicó que por ejemplo Salta y Chaco “han intentado Artilugios como las recategorizaciones prediales para que zonas que estaban en rojo o amarillo pasaran a ser, si estaban en rojo pasar amarillo o pasar a verde directamente”. 

La directora de FARN remarcó que “buena parte de los desmontes ilegales que se dan en zonas protegidas, ya sea rojas o amarillas, es porque está fallando el control en el territorio para que no se den”.  

En la Patagonia, en el sur del país, hay grandes extensiones de bosques protegidas o bien por la Ley de Bosques o por la Ley de Áreas Protegidas. “No obstante parchecitos de bosques que no están conservados bajo alguna categoría de la Ley de Parques Nacionales están bajo presión, en este caso, por el desarrollo inmobiliario”, sostuvo Di Pangracio.

Parques nacionales, reservas nacionales y monumentos naturales son las tres categorías en que se dividen las áreas protegidas. “Los bosques que no tienen alguna de estas protecciones, como desgraciadamente falta la implementación efectiva y de control en el territorio de la Ley de Bosques, se siguen convirtiendo en el resto de las provincias”, remarcó. 

¿Qué pasa si perdemos nuestros bosques?

Para Di Pangracio “es lo mismo que decimos respecto de los humedales: necesitamos ecosistemas sanos para poder mantener todas las formas de vida en la Tierra, eso incluye la humana”. La especialista sostiene que “los bosques nativos son uno de los tantos ecosistemas que existen que, en el caso de nuestro país tienen una legislación específica y si los perdemos perdemos, no solo las estos ecosistemas en sí la biodiversidad que albergan, sino también los beneficios que brindan a las personas estos ecosistemas”. 

“Hoy en día, más allá de todas las dificultades que se tiene, con el desfinanciamiento y la falta de recurso humano y material, hay una política de Estado para con los bosques nativos” explicó Di Pangracio y sentenció: “Siempre es mejor con la ley que sin la ley, lo que no quita hacer todas las críticas constructivas que corresponden y reclamar para una satisfactoria implementación”.