No son buenas las previsiones para la región de América Latina y el Caribe. Según el último informe presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), este año se desacelerará el ritmo de crecimiento a 2,1%, luego de crecer 6,2% promedio el año pasado. Además el documento destaca la profundización de la brecha entre los sectores más ricos y los más humildes.

De acuerdo al análisis realizado por el organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas, hay una gran asimetría entre los países desarrollados, emergentes y en desarrollo sobre la capacidad de implementar políticas fiscales, sociales, monetarias, de salud y vacunación para una recuperación sostenible de la crisis desatada por la pandemia de COVID-19.

En el Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2021 se detalla que la región enfrenta un año en el que persiste la incertidumbre, se mantiene la baja inversión, productividad y lenta recuperación del empleo, crece el malestar social provocado por la crisis, aumentan las presiones inflacionarias y los desequilibrios financieros.

“La desaceleración esperada en la región en 2022, junto a los problemas estructurales de baja inversión y  productividad, pobreza y desigualdad requieren que reforzar el crecimiento sea un elemento central de las políticas, al tiempo que se atienden las presiones inflacionarias y riesgos macrofinancieros”, señaló la secretaria ejecutiva del organismo de las Naciones Unidas, Alicia Bárcena.

Evolución heterogénea

De acuerdo al estudio de la CEPAL, la región con mayor crecimiento será el Caribe con el 6,1%, América Central 4,5% y América del Sur 1,4%. Durante el año pasado, 11 países de América Latina y el Caribe lograron recuperar los niveles de PIB previos a la crisis. En 2022 se agregarían otros tres, entre ellos Argentina, con lo que se alcanzaría un total de 14 países de los 33 que conforman la región.

Durante el año pasado, 11 países de AL y el Caribe recuperaron los niveles de PBI previos a la crisis.

En cuanto a los índices de empleo, en 2021 la recuperación fue menor a la esperada ya que cerca del 30% de los puestos laborales que se perdieron el primer año de la pandemia aún no se repusieron y se acentuó la desigualdad de género por menos actividad de los sectores vinculados al empleo femenino, como los servicios.

 Argentina, Haití, Surinam y Venezuela no fueron evaluados en el apartado de inflación ya que consideraron que son países con un alza de precios permanente.

Otra de las preocupaciones que afectan a la región es la inflación. La mayoría de los países estuvo afectado por el alza de precios de los productos y servicios, sobre todo en lo vinculado al aumento de alimentos y energía, alcanzando el 7,1%. Se estima que los niveles se mantendrán este año por encima de las metas establecidas. Un dato para destacar es que Argentina, Haití, Surinam y Venezuela no fueron incluidos en el estudio de este indicador, ya que fueron considerados como países con una inflación crónica.

"Se excluyen Argentina, Haití, Surinam y Venezuela de los promedios regionales y subregionales por presentar constantemente niveles de inflación muy superiores al resto de las economías de la región. Si se tuvieran en cuenta esos datos, se vería afectada la representatividad de la dinámica descrita por la inflación a nivel regional", detalla el documento.

Por otra parte, la deuda pública bruta del gobierno central promedio para América Latina alcanzó un 54,7% del PIB, cifra menor en 1,7 puntos porcentuales del PIB en relación con el cierre de 2020. La caída de la relación entre la deuda pública bruta y el producto interno bruto se explica principalmente por el efecto de un denominador mayor.

A nivel de países, Argentina alcanzó un nivel de endeudamiento público del 91,1% del PIB, seguida del Brasil con un 83%, Costa Rica con un 74,5% del PIB y Panamá con un 66,5% del PIB. En el otro extremo, se encuentran los países con menores niveles de deuda pública, como Guatemala con un 25,9% del PIB, el Paraguay con un 29,4% y el Perú con un 31,5% del PIB.

Desafíos y recomendaciones

Para la Comisión, la inflación es un fenómeno multicausal y desde el organismo recomiendan aumentar los niveles de recaudación y mejorar la estructura tributaria para dar sostenibilidad fiscal a una trayectoria creciente de demandas de gasto.

Ante una desaceleración del crecimiento, subas en las tasas de interés, depreciaciones cambiarias y bajas calificaciones crediticias, que complican el manejo de una política fiscal estable, sugieren una mirada estratégica del gasto público que vincule demandas urgentes con inversiones de largo plazo y que sean estrategias que contribuyan a achicar la brecha entre pobres y ricos. Además recomiendan profundizar la lucha contra la evasión tributaria que alcanza los US$325.000 millones, 6,1% del PIB regional.

Asimismo, promueven que haya un mayor financiamiento para el desarrollo. "Es necesario ampliar y redistribuir la liquidez desde los países desarrollados hacia los países en desarrollo", se indica en el balance de la CEPAL.