La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó un informe sobre la evolución y los efectos del COVID-19 en la región. En el estudio se analizó el comportamiento de los principales indicadores económicos y sociales de la región a más de un año del inicio de la emergencia sanitaria.

El undécimo documento del organismo de Naciones Unidas correspondiente a la pandemia señaló que, al finalizar el primer trimestre de 2021, la región solo había recuperado un 58% del total de los empleos que se perdieron durante la crisis.

Pese a esto, según el informe "La paradoja de la recuperación en América Latina y el Caribe. Crecimiento con persistentes problemas estructurales: desigualdad, pobreza, poca inversión y baja productividad", se estima que la tasa de participación laboral (porcentaje de personas en edad activa que buscan trabajo) se incrementará 3,4 puntos porcentuales este año. Pasará del 57,7% del 2020 al 61,1%.

De llevarse a cabo estas consideraciones, los trabajadores hombres recuperarían niveles de participación similares a los que registraban antes de la crisis, por su parte las mujeres alcanzarían tasas similares a las de 2006 (49%).

América Latina y el Caribe: se recuperó el 58% de los empleos perdidos en 2020

Sin embargo, este incremento de actividad laboral no es suficiente y la tasa de desocupación promedio de la región aumentaría del 10,5% al 11% entre 2020 y 2021. Este indicador sería aún peor para las mujeres, ya que llegaría al 12,7%.

En esta línea, el documento destacó que “muchas mujeres que perdieron el empleo en 2020 no han vuelto a buscarlo debido a la sobrecarga de las demandas de cuidados en los hogares en un contexto de cierre de establecimientos educativos e importante reducción o carencia de servicios de cuidados”. CEPAL agregó que “las mujeres ya dedicaban tres veces más tiempo que los hombres a tareas de cuidado no remunerado”.

Cabe destacar que -según el organismo internacional- el impacto de la crisis fue mayor en el empleo femenino, juvenil e informal. Entre 2019 y 2020, más de 24 millones de personas se quedaron sin empleo, de las cuales casi 13 millones eran mujeres.

Del mismo modo, se informaron caídas en los ingresos laborales promedios debido a la contracción del empleo, concentrada en los puestos más precarios, informales y de bajos salarios. Sin embargo, en algunos países se registró una variación positiva por la propia dinámica de la crisis: al reducirse los empleos de menor ingreso, el salario puede subir por el “efecto composición”.