El que no salta...
A mediados de mayo del 24, Forbes elaboró un listado de los clubes más valiosos del mundo en base a datos del 2023.
El ranking es encabezado futbolísticamente por el Real Madrid, seguido por el Manchester United, el Barcelona, el Liverpool, el City, el Bayern y el PSG.
Lo de valiosos hace referencia a su valor en dólares en lo que es marca y plantel.
Pero el fútbol no es el deporte que predomina en la lista de los clubes más acaudalados.
La NFL (fútbol americano) es la potentada entre las ligas siendo los Cowboys de Dallas el equipo más pudiente.
La liga de béisbol norteamericana (MLB) tiene los Yankees de Nueva York en el segundo lugar del ranking mundial y, en tercer término, a los Warriors de San Francisco, de la NBA (básquet americano), mientras que los Celtics de Boston, reciente campeón de la liga, están en el puesto 43.
El Real Madrid, primero en fútbol, sin embargo está 11° en el tablero mundial.
Claro, todo esto es en euros, o dólares, o pesos, pero hay otro índice, como siempre, que viene del lado de las venas.
Ese listado, cada uno/a debe elaborarlo con el valor que tiene cada club en nuestro corazón, en nuestros recuerdos, en nuestra biografía.
Por eso acá está mi clasificación antojadiza, y va la invitación a que elabore, cada quien, la suya.
1°: Racing Club. Las razones de este lugar podrían ser infinitas, el primer grande, el que abrió el camino mundial, la hinchada número 1 en el siglo XX y XI. Pero, ¿hay que dar motivos cuando se trata de emociones, de historia, de lazos familiares?
2°: Argentinos Juniors. Mis hijos concurrieron a esa colonia de vacaciones en diversos momentos y años. Sus cachetes colorados alcanzan para esa ubicación.
3°: Club Universitario. Es la institución a la que estoy asociado hace más tiempo y donde pude disfrutar de amigos, deportes y vacaciones.
4°: Escuelita de Fútbol San Roque. Las escuelas de fútbol son los clubes de las urbes, de los lugares que tienen poco espacio. Sirven para que los más chicos vayan aprendiendo a relacionarse en equipo. Pueden estar bajo una autopista, en un baldío dudoso, en un patio de colegio o parroquia y se puede reemplazar el fútbol por el patín, el básquet, la gimnasia, o el deporte que fuera.
5°: Cementerio Club. Canción de Spinetta en el álbum “Artaud”. Elijo este club como símbolo de música, otros podrán escoger “Masacre en el Puticlub” de los Redondos, o el “Club del Clan” o, “Buena Vista Social Club” o, simplemente, un club de fans.
6°: El Club del Vino. Un símbolo musical, tanguero, amplio, ya desaparecido que contó con la virtud de unir dos palabras que hacen al encuentro: “club” y “vino”. En Cabrera 4737, Palermo, entraron Mercedes Sosa, Charly, Nacha Guevara, Fito, Epumer, Salgan, Marconi. Cerró sus puertas en 2006.
7°: Los videoclubes. También extinguidos, nos acercaban películas y fueron tablas temporarias de salvación para algunos comerciantes. Vaya a los videoclubes el homenaje a tantos cineclubes que siguen girando carretes para acercarnos historias.
8°: Club Eros. Y varios clubes de barrio que, a fuerza de gastronomía de bodegón, de patios, salones y milanesas, subsisten en contextos amenazantes.
9°: Club Sportivo Italiano. Y otros clubes creados y sostenidos por las colectividades. Los inmigrantes trajeron y propagaron su tierra en estas sedes.
10°: El club rival, el clásico. Es el que en numerosas ocasiones da sentido a nuestro propio club. Es el que nos exige preparación deportiva, ensayo de cantitos y nos da, alternativamente, festejos y frustraciones.
Que vivan los clubes con espíritu, que no se los coman el lucro avaro, los despilfarros, y la corrupción. Que podamos aportar a los clubes nuestro tiempo, nuestras cuotas y nuestra sana adhesión. Porque en el ranking presente de nuestro corazón, en la tabla de nuestros recuerdos, no hay descensos.