Falta voluntad política de parte de ambas Cámaras. Héctor Polino es uno de los candidatos a ocupar ese lugar y, además, es el titular de Consumidores Libres. En diálogo con GestionPublica.info continuó: No es casual que sigamos así en estos tiempos de aumentos tarifarios.

La Defensoría fue creada con la reforma de la Constitución Nacional en 1994. En el artículo 86 se establece que el Defensor tiene legitimación procesal y debe ser removido o designado por el Congreso, con el voto de las dos terceras partes de los miembros presentes de cada una de las Cámaras. El mandato dura cinco años, con la posibilidad de ser reelegido.

En 2009 renunció Eduardo Mondino, el último defensor, para asumir como Senador. Ahí quedó al frente Anselmo Sella y su mandato venció a fines de 2013. En ese entonces la Comisión Bicameral dispuso que Carlos Guillermo Haquim, Secretario General del organismo, lo reemplace. Desde 2018 el Dr. Juan José Böckel, Subsecretario General, ocupa este lugar. Pero al ser un empleado administrativo no puede ejercer la totalidad de las funciones.

Desde entonces, en la defensoría no pueden cumplir las funciones específicas porque no está el Defensor, le falta la persona más importante, remarcó Polino. Este órgano independiente y con plena autonomía funcional, vio reducida su capacidad de acción y ya no puede iniciar juicios como prevé la ley, exigir documentación o realizar inspecciones.

Según Polino este año no hay muchas posibilidades de que se designe. Esto no es casual. Además de ser un año electoral, hay bancas que se renuevan y no va a ser prioridad, aunque no perdemos las esperanzas de que suceda. Es una vergüenza seguir sin un Defensor a nivel nacional.

La comisión Bicameral encargada de su designación también se encuentra sin funcionamiento. A fines del año pasado debía conformarse y por falta de consenso entre los bloques no lograron establecer un presidente ni retomar las tareas, como la realización de las audiencias públicas con los candidatos.