La población envejece, aumenta la gente que sufre de diabetes e hipertensión arterial y se "incrementa considerablemente la enfermedad renal crónica y terminal”. Es decir, cada vez son más aquellos pacientes que deben realizarse diálisis, un tratamiento que ayuda a filtrar los desechos y los líquidos de la sangre.

En casi todos los casos se habla de “hemodiálisis”, que es la que se lleva a cabo en los centros especializados. La otra alternativa, la “diálisis peritoneal”, se realiza en la casa del paciente mientras duerme o cuando está despierto. El único que hace esta última es el Hospital Durand.  

La diálisis es considerada una terapia renal sustitutiva, que suple la función de los riñones cuando trabajan menos del 15% de lo normal.

En un contexto de mayor demanda, la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) detectó la “ausencia de sala de aislamiento para pacientes portadores de hepatitis B en tres de los cuatro efectores” porteños que llevan a cabo esta práctica médica, “con el peligro potencial de contagio”. El único que sí cuenta con este espacio no puede utilizarlo por “falta de equipamiento y recurso humano”.

Estos datos surgen del informe que hizo la AGCBA entre noviembre de 2016 y septiembre de 2017 en las Unidades de Diálisis del sistema de salud de la Ciudad, en los que evaluaron la gestión para 2015. El trabajo fue aprobado por el Colegio de Auditores en marzo de 2018.

Los centros de salud analizados son los hospitales Fernández, Durand, Argerich y Santojanni. El único que cuenta con sala de aislamiento de pacientes con hepatitis B es el Argerich, aunque “no se encuentra operativa y es utilizada como depósito”. De esta manera, se incumple la resolución N° 1704 de 2007, que aprueba las directrices de organización y funcionamiento de los servicios de diálisis.

De esta manera, en los cuatro hospitales porteños que realizan la práctica hay un riesgo latente de contagio de hepatitis B.

El único hospital que tiene sala de aislamiento de pacientes con hepatitis B es el Argerich.

Según el informe, “los Servicios de Diálisis no cuentan con dotación suficiente de agentes de enfermería y/o técnico para el trabajo”. Además, no existe “un protocolo ni registros homogéneos para la atención de pacientes”.

Por otra parte, ninguno “posee baño para quienes tienen discapacidad”, cuando muchos de los que se someten la diálisis tienen dificultades para movilizarse, de acuerdo a las enfermedades que padecen.

El Fernández, el Durand y el Santojanni “no tienen sala de internación propia”. El Durand utiliza las “espacios de los Servicios del Hospital que la complejidad del paciente requiera”. Mientras que en el Santojanni, “los pacientes ingresan por Guardia y son internados en el Área de Clínica Médica o Terapia”.

Qué pasa con la UDAM

La Unidad de Diálisis Aguda Móvil (UDAM) presta atención a quienes están internados en los hospitales de la Ciudad que no cuentan con diálisis. De acuerdo al informe de la AGCBA, “dispone de un solo móvil asignado”. Pero éste no se encuentra “adaptado o preparado para efectuar el traslado de los equipos”, pese a que el servicio funciona desde 2005.

Además, “el horario del conductor de la ambulancia se encuentra desfasado dos horas respecto al del personal que realiza diálisis en la UDAM”. El informe da cuenta de que, pese al aumento de la demanda, “no se extendió la carga horaria a 24 horas de atención”, sino que permanece en 12.

En 2014, la UDAM realizó 478 diálisis. En 2015, la demanda fue mayor, y atendió a 610 personas. En 2016, en tanto, efectuó la práctica a 579 pacientes. Respectivamente, "la demanda no satisfecha fue de 14, 44 y 52 pacientes".