Pese a los recortes, 2018 cerró con un déficit de $ 805.689 millones
Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, la reducción de gastos en términos reales no impidió que el resultado negativo llegue al 5,7% del PBI, incluso habiendo recaudado casi un 13% más que lo previsto. Si se suma el Programa de Inversiones Prioritarias (PIP), el rojo aumenta $ 45 mil millones.
El tercer año de la actual administración cerró con un déficit financiero, es decir, la diferencia entre ingresos y gastos -incluyendo los intereses de la Deuda-, de $ 805.689 millones, una cifra que equivale al 5,7% del PBI.
El rojo se dio pese que la recaudación superó el cálculo inicial y a que hubo una reducción de gastos en términos reales -sin contar la inflación del ejercicio- en relación a 2017.
Los datos fueron difundidos por la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) nacional, y son preliminares hasta que se apruebe la Cuenta de Inversión.
En cuanto a los ingresos, las arcas públicas recaudaron por todo concepto $ 2.484.338 millones (para simplificar, $2,48 billones).
A partir de la información de la OPC, esa cifra puede ser vista desde tres ópticas: por un lado, es un 28,8% mayor a la registrada en 2017 en términos nominales; por el otro, muestra una caída del 4,1% en términos reales sobre el ejercicio anterior; y, por último, está un 12,9% por encima de las estimaciones que se hicieron cuando fue formulado el Presupuesto 2018.
El mismo panorama de aumentos nominales y retracciones reales se advierte en el rubro gastos.
En total, el año pasado el Estado desembolsó $ 3.290.207 millones ($ 3,29 billones), lo que representó un incremento del 29,6% en relación a 2017 y una merma del 3,5% en términos reales.
En su informe, la Oficina de Presupuesto del Congreso hace hincapié en esta última retracción y remarca que la reducción de los gastos corrientes, que son aquellos que garantizan el normal funcionamiento del Estado, alcanzó un 2,3% en comparación con 2017, mientras que en los gastos de capital se advirtió una “notable contracción del 20,3%”, también en relación al ejercicio anterior.
El dato revela una desaceleración en los desembolsos destinados a la adquisición o producción de bienes materiales que incrementan el activo del Estado, por ejemplo, las obras públicas.
Por otra parte, el crédito vigente al 31 de diciembre pasado ascendió a $ 3,38 billones, de los cuales se alcanzó a ejecutar el 97,4%.
La OPC también destaca que ese monto está un 17,4% por encima de los cálculos iniciales. En dinero, son algo más de $ 500 mil millones que se sumaron a los gastos mediante “sucesivas modificaciones presupuestarias respaldadas por catorce decisiones administrativas y dos decretos de necesidad y urgencia”, dice el informe, haciendo referencia a que se trató de fondos ejecutados por fuera del control parlamentario.
Un PIP de alerta
El trabajo de la Oficina de Presupuesto de Congreso agrega que los déficits en cuestión (ver Tres de tres) “se modificarían en caso de considerar la ejecución del Programa de Inversiones Prioritarias (PIP)”.
Se trata de una iniciativa que involucra presupuestariamente a varias jurisdicciones y cuyos desembolsos se imputaban, hasta 2018, a la partida Adelanto a Proveedores y Contratistas a Largo Plazo, dentro del rubro Aplicaciones Financieras.
En rigor, si se hubiesen computado los gastos del PIP del año pasado, unos $ 44.797 millones, el déficit financiero treparía hasta los $ 850.485 millones.
¿Por qué la OPC ensaya sus mediciones incluyendo el Programa de Inversiones Prioritarias? Porque, a expensas del acuerdo entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional, el Presupuesto de este 2019 contará las erogaciones del PIP como gastos de capital.
Tres de tres
Con esta performance, la administración cerró el año con déficits en las tres modalidades en que se mide el presupuesto.
En primer lugar, y como ya se dijo, el resultado financiero (diferencia entre ingresos totales y gastos totales, incluyendo intereses de la deuda) fue deficitario en $ 805.689 millones.
Asimismo, el resultado económico (diferencia entre ingresos corrientes y gastos corrientes) cerró 2018 con un rojo de $ 644.260 millones.
Y, por último, el resultado primario (diferencia entre ingresos totales y gastos primarios, es decir, sin contar el pago de la deuda), también fue negativo en $ 273.273 millones.
En las próximas entregas se hará un repaso de los detalles de ingresos y gastos registrados en 2018.