Publicado: 14-03-2010
 
Dr. Hugo B. Quintana, presidente Fundación Éforo

Desde nuestra llegada al mundo estamos influenciados por el ambiente que nos rodea. Es evidente que no es lo mismo nacer en Haití, en una familia humilde, que en Suecia, en el seno de un hogar pudiente.

Del mismo modo, nos afectan las circunstancias que nos acompañan; educación, religión, enfermedades, personalidad. Tener hermanos o ser huérfanos.

Ser miopes o altos, lindos o feos, introvertidos o sociables, y así podemos seguir.

Todos estos hechos nos influyen aunque no nos determinen.

Esto en cuanto a lo individual, pero ¿existe un carácter nacional, una personalidad de nación? Y si existiera, ¿podríamos decir que está conformada por el promedio de todas las personalidades de nuestro terruño? Nuestros gobernantes, ¿son la resultante de este promedio, de este ser nacional? Usted o yo ¿somos más o menos como el resto de los argentinos? ¿Cómo somos? Cuando escribimos estos artículos intentamos ofrecer respuestas. Hoy, en 200 años de historia celeste y blanca, dejamos estas inquietudes y una más: ¿cómo queremos ser?