Publicado: 28-12-2011
  
Caputal Federal.- La protesta de los usuarios por la suspensión del servicio ferroviario que une Buenos Aires con Misiones, revela la carencia de soluciones para un sistema con deficiencias.

Hace pocos días, pasajeros del tren denominado El Gran Capitán, que une la ciudad de Buenos Aires con la provincia de Misiones, cortaron el tránsito en el barrio porteño de Chacarita en protesta por la suspensión de un viaje programado para el día de Navidad, tras el cambio de empresa concesionaria del servicio. Ello motivó un intercambio de acusaciones entre funcionarios, directivos y empresarios que poco aportan para alcanzar soluciones en un sistema que resulta a todas luces deficitario. La recuperación de los ferrocarriles es una de las grandes deudas pendientes del Estado, como tarea indispensable para la mejora de las condiciones y costos de transporte de personas y mercaderías. Este reciente episodio se suma a las numerosas deficiencias del servicio, que incluyen las demoras en los cronogramas establecidos, la extrema lentitud del transporte, las detenciones y la precariedad de las unidades. La privatización del servicio en los años noventa derivó en una reducción de la red ferroviaria y un deterioro de las que permanecieron funcionando, mientras que el déficit se mantuvo. Durante las últimas administraciones, el Estado destinó importantes subsidios al sistema, sin que se observaran mejoras significativas debido a los bajos niveles de inversión pública y privada en el área. La falta de una política de reconstrucción ferroviaria parte de la ausencia de una política nacional de transporte, impone altos costos a los usuarios, a la producción y también al Estado que sigue afrontando el elevado déficit ferroviario. Es preciso que los organismos de control cumplan efectivamente sus funciones y asuman un papel más activo y contundente ante los incumplimientos de las compañías concesionarias, y exijan el mejoramiento de la calidad del servicio que se les presta a millones de usuarios.