Pese a innumerables estudios y tareas de campo por parte de los especialistas, la endogamia y sus secuelas en la descendencia es un tema que sigue presente. No es cuestión de indagar en el pasado. Todavía continúa en las zonas desoladas del planeta o en comunidades rigurosamente cerradas ante el mundo.

Hace algunas semanas se divulgaron muchas patologías que presentaban los retratos de monarcas europeos en los museos más importantes del mundo. Enlaces entre familiares provocaron deformidades faciales en la familia real de los Austrias, por ejemplo, especialmente durante los siglos XVI y XVII.

Uno de los casos es el de Carlos II de la rama española de los Habsburgo. Los genetistas señalan su característica mandíbula saliente, pintado en 1680. Pero no solo era ese prognatismo, sino también la nariz, ojos y pómulos muy caídos. Tenía una deficiencia del maxilar y "se le caía toda la cara".

Científicos españoles acaban de encontrar una relación facial característica de los Austrias y la reproducción entre individuos de ascendencia común que desempeñaron por casi dos siglos. Se trata de los padres de Carlos II, Felipe IV y Mariana de Austria, quienes eran tío y sobrina. Pero con la consanguinidad acumulada a lo largo de las generaciones podían pasar como si hubiesen sido hermanos y hubieran practicado el incesto.

La mayoría de los casamientos reales por lo menos hasta comienzos del 1800 eran por conveniencia, para evitar las guerras, formalizar la paz y eludir los conflictos armados, adueñarse de más tierras, fortificar alianzas contra presentes o futuros enemigos.

Muchas novelas románticas que eran muy leídas en el siglo XIX basaban su esencia en el amor puro, apasionado, para nada vinculados con intereses económicos o personales.

Sin embargo, historias narradas por otros autores mostraban otra realidad. Nos hablan de casamientos entre tíos y sobrinas, por necesidad, en búsqueda de protección. O de matrimonios para crecer socialmente entre la mujer sin pocos recursos en zonas rurales y el caballero urbano que la doblaba en edad pero con fortuna. El paso hacia la boda era también la salvación de toda la familia que podía emerger de una situación de desamparo.

La mujer, subestimada, menospreciada intelectualmente y sin trabajo, solo podía tener techo y comida si aceptaba las reglas de ese juego entre erótico e hipócrita. Nada que ver con la imagen de la tragedia de Romeo y Julieta, un ejemplo extremo de morir por amor. Una lacrimosa alegoría de William Shakespeare, que sigue siendo una historia apasionante.

La endogamia no es una práctica de la modernidad. La ejercía la realeza egipcia en los tiempos remotos, según se comprobó. Se han encontrado pruebas de la Edad de Bronce. Y sigue siendo un fenómeno de los grupos humanos muy alejados del contacto con la vida actual. La razón de este sistema es defender la homogeneidad de un grupo, para que éste se mantenga siempre igual a sí mismo y diferenciable de todos los demás.

Está instalada en la India desde tiempo inmemorial a través de su método de castas. Dentro del universo islámico, es común en los matrimonios consanguíneos entre primos. Enfermedades detectadas a través del tiempo, calificadas como genéticas, se han encontrado en la población judía del origen askenazi (de Europa del Este), vinculadas a antecedentes de este tipo. Las mismas varían según las familias y de qué región específica provienen.

En la Argentina hay áreas geográficas donde la endogamia se ha mantenido a través del tiempo con la aparición de numerosos casos de de discapacitados portadores de trastornos ligados a la herencia. El 16% de las discapacidad corresponde al retraso mental.

Otras alteraciones genéticas detectadas fueron la mistenia (debilidades musculares), microcefalia, enfermedad neurológica, Síndrome de Moebius (parálisis facial de por vida), Síndrome de Ehlers-Danlos (articulaciones sueltas o laxas, piel elástica en la que se forman hematomas con facilidad) y otras poco frecuentes.

Por supuesto, todo requiere una política sanitaria de amplias dimensiones, integración de las localidades demasiado apartadas de rutas y ciudades de importancia, educación en el lugar, constante, tarea escolar metódica así como políticas públicas nacionales, provinciales y municipales.