El informe de auditoría lo dice de un modo más técnico, pero la traducción es la siguiente: gracias al Sistema Informático María (SIM), que tiene "millones" de posibilidades de ser hackeado, la Aduana es un colador. Textual de la Sindicatura General de la Nación (Sigen): "el SIM presenta falencias de control en cuanto a que existe diversidad de criterios y tecnologías para la administración de usuarios, lo cual determina un nivel de vulnerabilidad global del Sistema". El informe sobre el sistema informático que aceleró la pelea entre Alberto Abad y Ricardo Echegaray es de enero, cuando comenzó la escalada que dos meses más tarde "el 18 de enero" terminó con la renuncia de los dos. Pero acaba de tomar estado público, y traza un diagnóstico que no cambió.

De acuerdo a este informe, titulado "AFIP - Revisión de los controles de la gestión informática", el Sistema María tiene "usuarios habilitados que ya no se encuentran en funciones"; la identificación de los mismos no es un uniforme, ya que se utilizan "indistintamente número de documento o legajo, tipo y número de documento, etc."; y además no existe seguimiento "de logs o pistas de auditoría que permitan realizar un control integral de las transacciones". La recomendación de la Sigen es hacer lo contrario: unificar criterios y tecnologías, usuario único e inhabilitación de los que ya no lo son.

Como si ello no fuera suficiente, el Sistema María está vinculado a la AFIP, con lo que se vuelve más vulnerable. "Todo el universo que dispone de clave fiscal podría ser un eventual usuario de estos sistemas (...) en caso de existir intentos de acceso indebido, el atacante dispone de un potencial de cuentas del orden de millones, lo cual aumenta considerablemente la posibilidad de éxito, y como se mencionó anteriormente somete a un estrés excesivo a la administración de usuarios y control de acceso en general".

En 28 páginas, el Informe de Auditoría del organismo de control estatal repasa distintos puntos críticos del SIM: organigrama y dotación informática, gestión de usuarios, esquemas de conexión, inventario de hardware y software asociado al Sistema, plan de capacitación de sus usuarios, entre otros. En cada punto hay críticas y recomendaciones para solucionar los distintos problemas.

Desde hace años, en cada operación aduanera (importación o exportación) se aportan u$s 10 a un fondo para cambiar el SIM, que ya tiene más de u$s 98 milloens acumulados. A pesar de ello, y una denuncia en la Justicia por parte de la misma Aduana, todavía no hay fecha para un llamado a licitación, ni la orden política de avanzar en ese sentido. Algunas culpan a la gestión verticalista de los Kirchner, que impide avanzar en ciertos temas mientras hay otros más urgentes; otros señalan que hay muchos favorecidos si con un sistema vulnerable.