La Auditoria porteña denunció irregularidades de  la empresa concesionaria.

Un informe de la AGCBA revela que entre 1990 y 2007 desaparecieron 103 especies del Zoo de Palermo. Son 31 grupos de mamíferos y 72 de aves. El documento también señala que los animales no están alojados en las mejores condiciones.

Antes de llegar al corral de Palermo, el nilgó -conocido en los círculos especializados como boselaphus tragocamelus- había habitado junto a su manada en las estepas arboladas del Himalaya. El cuchumbí, o kinkajú como lo nombran en el Mato Grosso, también tuvo sus días de vecino porteño. Los mismo que el barnacla, el ganso canadiense. Pero la vida porteña de esos animales de la India, Brasil y Norteamérica se extinguió entre 1990 y 2007 junto a la de otras 31 especies de mamíferos y 72 grupos de aves que vivían en el zoológico de Buenos Aires. Así lo denunció un informe de la Auditoría General de la ciudad (AGCBA).

De acuerdo con el informe, "de 22 especies de animales que tenían un solo ejemplar en el año 1990, en 14 casos no se conserva la especie". Es el caso del antílope nilgai, el cerdo chino, el cuchumbí, el mapache, el mayoato, el mono babuino, los osos del Tibet y siberiano, el piche, el rinoceronte negro, el tigre siberiano, el yak, el yaguarundí y el zorro de monte. "En tres (especies) -señala la auditoría- continúa habiendo un ejemplar. Sólo en 5 especies hay más de un animal de ese grupo taxonómico. En otras 6 especies de animales tenían en 1990 más de un ejemplar y en 2007 conservan un único espécimen".

Para el organismo que se ocupa de evaluar los sistemas de control de la administración pública local, y de los entes y empresas descentralizadas, la cantidad de mamíferos que desapareció del Zoo representa el 23 por de las especies que había a comienzos de los 90. Y entre las aves, se "voló" el 55 por ciento de las especies que había hace dos décadas.

Historia

El presidente Domingo Faustino Sarmiento ideó el proyecto de ley que creó el Parque Tres de Febrero en las tierras que pertenecían antiguamente a Juan Manuel de Rosas. El proyecto fue presentado en 1874, y el parque fue inaugurado del 11 de noviembre de 1875, con un área zoológica cercana a donde se encuentra en la actualidad. El predio fue propiedad del Estado Nacional hasta que en 1888 fue transferido a la entonces Municipalidad de Buenos Aires que, 103 años más tarde y con el impulso del ex jefe de Estado, Carlos Menem, fue privatizado. Primero recayó en manos del empresario y producto del espectáculo Gerardo Sofovich y luego pasó a ser propiedad de la Corporación Interamericana de Entretenimiento.

La propuesta que la compañía privada realizó al momento de recibir la concesión señaló que pretendía expandir los 1.400 ejemplares (entre aves, mamíferos y reptiles) de las 220 especies que había al momento de la privatización "a un total de 440 especies compuestas por unos 2.800 ejemplares aproximadamente en 5 años".

De acuerdo a la AGCBA esa meta estuvo lejos de ser cumplida. No es la única irregularidad que detectó: el informe señaló que las condiciones en que viven los animales no son las adecuadas. Agrega que la concesionaria no tiene "un plan de manejo" que tenga en cuenta la lucha contra "la extinción de la fauna". 

Pese a que previo al contrato de 1990, el concesionario propuso adoptar "criterios que favorezcan la similitud del hábitat natural de cada animal", y proveerles del "espacio vital" necesario, la Auditoría explica que "algunos animales se alojan en espacios exiguos", y existe una "baja tasa de nacimientos", que refleja que "las condiciones de tenencia no son las más aceptables". La AGCBA detalló el caso del oso polar que en su celda no goza de las "condiciones de temperatura adecuadas".