Ciudad de Buenos Aires.- Es el resultado de un polémico reparto de cargos. Del total de legisladores, 44 son presidentes: 12 comandan bloques y 32 conducen comisiones. Así, hay una comisión cada menos de dos diputados, cuando el Congreso tiene una cada más de tres.

La Legislatura porteña parece una buena metáfora de aquello de "demasiados caciques para tan pocos indios". Sobre 60 diputados, 44 son presidentes: 12 están al comando de bloques y, aquí lo más llamativo, 32 conducen comisiones. Hay dos legisladores, un opositor y un oficialista, que son doblemente jefes. Martín Hourest se conduce a sí mismo en el monobloque Igualdad Social y preside una comisión especial; mientras que Alvaro González, de PRO, maneja dos comisiones.

A este juego de números se llegó tras una negociación que tuvo poco de entretenimiento y que, por dejar contentos a todos, amplió aún más la burocracia legislativa. Según el acuerdo firmado días atrás, este año funcionarán en la Legislatura 33 comisiones para 60 diputados. Fue tras dividir algunas y sumar otras para poder repartir más cargos.

El promedio en la Ciudad da una comisión cada menos de dos legisladores. Si se suman ambas cámaras, en el Congreso nacional hay una cada más de tres. 

"En 30 años de política, nunca vi algo así", exageró un macrista que participó en el reparto. "Los 'pinitos' venían con el discurso de la ética y se sacaron los ojos por un par de contratos más", se sumó un opositor de buen diálogo con el PRO para chicanear a los ocho legisladores de Proyecto Sur que entraron tras la última elección.

"¿Si son demasiadas comisiones? Honestamente digo que sí. Pero esta Legislatura debe reflejar que el 70% de la gente votó el 28 de junio en contra de Macri", se defendió Fabio Basteiro, titular del bloque que responde al cineasta Fernando "Pino" Solanas (de ahí lo de 'pinitos'). "Si se agrandó la estructura es por problemas del oficialismo y sus aliados opositores, como el Bloque Peronista, que ampliaron la cantidad de comisiones y el número de integrantes de cada una para resolver problemas internos", completó Hourest.

El titular de Igualdad Social fue uno de los más apuntados por su pedido para estar a cargo de una comisión de control. Su intransigencia, apoyada por Proyecto Sur, hizo caer la sesión de fines de diciembre y casi replica con un faltazo opositor a la apertura de sesiones que encabezó Macri.

¿Cómo se zanjó la disputa? Con más cargos: en lugar de darle la titularidad de la ya existente comisión de Etica y Organismos de Control, le crearon una nueva: la comisión especial de Seguimiento de Organismos de Control. Esta no es la única duplicidad de funciones entre comisiones permanentes y especiales. Según admiten varios legisladores, algo similar sucede con las de "Salud" y "Seguimiento de la Ley 448 de Salud Mental", "Patrimonio Arquitectónico" y "Planeamiento Urbano", y "Igualdad de Mujeres y Varones" y "Mujer, Infancia y Adolescencia".

También para dejar conformes a los K y "pinitos" se dividió la comisión de Legislación en dos: una quedó a cargo de Francisco Nenna (Encuentro para la Victoria) y otra para Laura García Tuñón (Proyecto Sur). Y uno de los casos más mencionados fue el "trueque" entre Proyecto Sur y la Coalición Cívica, que cedió la presidencia de una comisión a cambio de una subsecretaría.

Si bien el ensanchamiento de la estructura no varía el presupuesto del cuerpo (de unos $ 300 millones), permite repartir algunos cargos: cada presidente de comisión puede nombrar un director y otro empleado, con un sueldo entre ambos de unos $ 11.000 por mes.

Otro dato que sorprende cuando se repasan las comisiones, es la amplitud de Silvina Pedreira, del Bloque Peronista: según consta en dos decretos, esta diputada que llegó a la Legislatura de la mano del titular de los porteros, Víctor Santa María, preside la comisión de Planeamiento Urbano e integra las de Presupuesto, Justicia, Cultura, Obras Públicas, Ecología, Turismo y Deportes, Comunicación Social, Etica y Organismos de Control, Igualdad entre Mujeres y Varones, Patrimonio Arquitectónico y Políticas Públicas.