¿Cómo fue el trabajo de la administración pública durante el aislamiento?
Según una encuesta sobre teletrabajo en los estados provinciales, la mayoría de los empleados utilizó sus teléfonos y computadoras personales para cumplir con las tareas laborales.
“Encuesta de condiciones de trabajo remoto en la administración pública provincial en el contexto del ASPO/DISPO”. Así se titula el relevamiento que identificó que la mayoría de los empleados y funcionarios de los distintos gobiernos provinciales utilizaron sus dispositivos personales para cumplir con sus obligaciones durante la pandemia y que, además, las mujeres fueron quienes ocuparon la mayor parte del tiempo que requirieron tareas de cuidado y mantenimiento del hogar.
El trabajo fue realizado conjuntamente por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), el Instituto de Investigación y Educación Económica, y el Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (CEDyAT).
Un 39% de los encuestados respondió que mantuvo el trabajo a distancia, un 32% se adaptó a un sistema de presencialidad parcial y un 29% no continuó con el home office.
En cuanto a la modalidad del trabajo durante la pandemia, el relevamiento muestra que la presencialidad aumentó con la flexibilización de las medidas de aislamiento, principalmente para quienes lideran equipos de trabajo. Entre marzo y junio de 2020 hubo un 20,7% de trabajo remoto, de julio de 2020 a marzo de 2021 un 8,93%, y desde abril de 2021 hasta la actualidad se redujo al 4,96%.
Uno de los temas que abarcó la encuesta fueron los dispositivos utilizados para el trabajo remoto. En todas las provincias se impuso el teléfono móvil y la computadora portátil personal. En ese ranking, el tercer lugar fue para la computadora de escritorio laboral, lo que marca que incluso con restricciones de circulación también hubo trabajo presencial.
Durante los períodos de aislamiento, uno de los temas más debatidos fue el de las tareas de cuidado y mantenimiento del hogar mientras se ejercía el teletrabajo. La encuesta realizada detalla que las mujeres fueron quienes más horas dedicaron a esas actividades hogareñas además de sus empleos.
¿Qué pasó con el teletrabajo una vez finalizada el aislamiento? Según los resultados del informe en todas las provincias se registró un alto grado de acuerdo con que es posible mantener alguna instancia de trabajo remoto una vez finalizada la pandemia. Un 39% de los encuestados respondió que mantuvo el trabajo a distancia, un 32% se adaptó a un sistema de presencialidad parcial y un 29% no continuó con el home office.
“Más del 70% consideró que pueden mantenerse instancias de trabajo remoto en la pospandemia”, indicó Diego Pando de UMET.
El Auditor.info se comunicó con Diego Pando, director del Núcleo de Estudios sobre Gestión Pública de la UMET, una de las cuatro instituciones que participó de la investigación. Según explicó, los empleados públicos "se adaptaron bien" al trabajo remoto, más teniendo en cuenta el contexto de emergencia sanitaria en el cual se desarrollo. En ese sentido, para Pando la perspectiva hacia el futuro es favorable. “Más del 70% de los funcionarios y las funcionarias encuestadas consideró que pueden mantenerse instancias de trabajo remoto en la pospandemia”, agregó.
Pese a esta estadística, Pando remarcó que no se está pensando para “la nueva normalidad” un trabajo totalmente virtual, sino un “híbrido” que combine instancias presenciales con remotas. “De lo que se trata es de asumir el desafío de tomar lo mejor de ambas modalidades de trabajo para integrarla a las estructuras de los organismos reconociendo por supuesto las particularidades de cada uno de ellos”, analizó.
Las ventajas del cara a cara
En esa sintonía y para finalizar, Pando valoró algunas cuestiones de la presencialidad que son irremplazables. “La principal ventaja es la sociabilización. Es importante por los vínculos y la conexión que se generan en torno a la máquina del café, a las comidas de trabajo improvisadas, a los encuentros de pasillo. El contacto frecuente entre compañeros facilita la colaboración. Las relaciones cara a cara agilizan el debate sobre ciertos temas que se podrían ver dilatados en el tiempo por no encontrar a nuestros interlocutores cuando precisamos”, concluyó.