El 61% de la población en Argentina está en edad de trabajar (mayores de 15 años y menores de 65), pero solo 4 de cada 10 se encuentra ocupada y lo hace para el mercado formal. El dato, que se desprende de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del tercer trimestre de 2021, fue utilizado por Éforo para realizar el último informe sobre la población con empleo en el país y su respectiva caracterización.

El 61% de la población en Argentina está en edad de trabajar, pero solo 4 de cada 10 se encuentra ocupada y lo hace para el mercado formal.

Informalidad

El documento manifestó, a su vez, que desde 2012 no hubo creación de trabajo registrado formal, por el contrario, aumentó la proporción de trabajadores independientes y de asalariados informales. En cifras, uno de cada tres trabajadores informales no recibe recursos suficientes para cubrir sus necesidades básicas, ya sea hombre o mujer. En 2021, estos niveles se mantuvieron en torno al 42%.

La informalidad aparece como uno de los principales factores determinantes de la pobreza. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los trabajadores informales generalmente tienen empleos de mala calidad, salarios bajos, largas jornadas de trabajo, falta de acceso a oportunidades de capacitación, dificultades para acceder al sistema judicial y de protección social, incluyendo la protección para la seguridad y salud en el trabajo. Estas condiciones ubican en una situación de vulnerabilidad económica y laboral tanto a los propios trabajadores como a sus familias.

El último informe de Éforo indicó que es más probable que una persona pase de la informalidad a la inactividad que a ocupar un trabajo formal. Situación que se vuelve aún más recurrente en mayores de 40 años.

En Argentina hay 16.796 personas menores de 16 años que trabajan en la informalidad. 

De acuerdo a los datos publicados en la EPH del último trimestre del 2021, que representa un 70% de la población urbana, en Argentina hay 16.796 personas menores de 16 años que están ocupadas y que por definición se desempeñan en trabajos informales (4.849 mujeres y 11.947 varones).

Para completar, el 38% de las personas ocupadas por fuera del rango etario para trabajar perciben un ingreso inferior al Salario Mínimo Vital y Móvil.

La reducción de la informalidad o del desempleo, dentro del periodo 2007-2021, no responde totalmente a la creación de nuevos puestos formales de trabajo. En el tiempo estudiado se comprueba, también, un incremento paralelo de la inactividad laboral. Como consecuencia del COVID-19, en 2020 se produjeron los niveles más altos de desocupación e inactividad y el más bajo de ocupación.

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Desigualdad de género

“La entrada al mercado laboral por parte de los varones se produce a edades más tempranas en comparación con las mujeres”, acorde al documento de Éforo. Asimismo, por debajo de los 34 años existe una mayor cantidad de varones ocupados que de mujeres.

El texto sostiene que la desocupación afecta más a las mujeres. Y que, durante los años de mayor fecundidad (entre los 25 y 35 años), se aprecia mayor inactividad en las mujeres que en los hombres.

“Tanto en el sector informal como en el formal, las mujeres están más expuestas a la pobreza que los hombres, dado las menores remuneraciones que perciben”, expuso el informe de Éforo. 

A su vez, las mujeres con niños y/o niñas a cargo “tienen mayor probabilidad de tener un empleo informal que hombres en la misma situación”.

En lo que respecta al desempleo, los niveles más altos se registran entre los 40 y 54 años, siendo mayor aún para las mujeres que para los varones. A su vez, este segmento etario es el de menor reinserción en el mercado laboral formal, lo que se traduce en aumentos de la informalidad y de la inactividad.

“Tanto en el sector informal como en el formal, las mujeres están más expuestas a la pobreza que los hombres, dado las menores remuneraciones que perciben”, expuso el último documento de Éforo.

El texto, por otro lado, presentó una correlación positiva entre la ocupación y los niveles educativos alcanzados, una de cada dos personas ocupadas en trabajos formales tiene -por lo menos- secundario completo. Se puede inferir que a mayor nivel educativo alcanzado, mayor posibilidad de conseguir un trabajo formal.

Sin embargo, se distribuye de manera desigual entre géneros. El 62% de los hombres con secundario completo están ocupados en trabajos formales versus el 47% de las mujeres con mismo nivel educativo alcanzado. A pesar de tener más estudios, las mujeres están más expuestas a la informalidad que los hombres para todos los niveles educativos.

En esta misma línea, el 95% de las mujeres sin instrucción trabaja en la informalidad, en comparación con el 63% de los hombres en la misma situación. En detalle, una de cada dos mujeres trabaja en las ramas de los servicios domésticos y el comercio. Por su parte, la misma proporción se da con los hombres que tienen empleos en la construcción y el comercio.