“Los sistemas de control de la Administración Pública Nacional existentes en nuestro país no funcionan de manera adecuada”, expresaron Leonora Colombo y José Luis Giusti en su libro “El control sobre la administración pública”, publicado en mayo de este año. 

El Auditor.info se comunicó con Colombo, coautora del documento, a fin de conocer el texto, desarrollar el contenido, abordar las hipótesis previas y entender los resultados obtenidos. 

“Los sistemas de control de la Administración Pública Nacional existentes en nuestro país no funcionan de manera adecuada”, expresó Leonora Colombo.

Control público argentino

El actual sistema de control público argentino comenzó a desarrollarse en 1992 con la sanción de la Ley 24.156 de Administración Financiera y Sistemas de Control del Sector Público Nacional. Entonces surgieron la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) y las Unidades de Auditoría Interna (UAI), como entes encargados del control interno, y la Auditoría General de la Nación (AGN), destinada al control externo de la gestión del Estado. Estos organismos reemplazaron a la Contaduría General, el Tribunal de Cuentas de la Nación y la Sindicatura General de Empresas Públicas. 

Los organismos de control son instituciones públicas encargadas de fiscalizar y monitorear los fondos públicos y el gasto público, el cumplimiento de las leyes e informar los resultados de las auditorías a los funcionarios correspondientes. Tienen como misión prevenir la corrupción, contribuir a la transparencia y a la rendición de cuentas públicas.

Sí este control sobre la actividad pública no es lo suficientemente fuerte o robusto, Colombo mencionó que “peligra” la calidad de la democracia. Por otro lado, cuando es débil, inexistente, fácilmente burlable o no tiene consecuencias prácticas para el que incumple una norma, “la calidad de la democracia se deteriora profundamente”.

Hipótesis del libro 

La hipótesis del trabajo se basa en que las deficiencias en los sistemas de control de la administración pública no pueden entenderse analizando cada uno de los organismos de control en forma aislada, sino que es necesario abordar el problema desde una perspectiva general o integral.

“Los organismos de control funcionan mal por falta de competencias”, afirmó Colombo.

La licenciada en Ciencia Política y abogada (UBA), Leonora Colombo, llevó a cabo el análisis que se plasmó en el documento junto con el licenciado en Economía (UBA), José Luis Giusti, y un equipo de investigación de la cátedra de Contabilidad Gubernamental de la Facultad de Ciencias Económicas.

Los autores partieron de una “intuición” que se convirtió en “certeza” a lo largo de la investigación. La hipótesis, en concreto, fue que “los organismos de control no funcionaban del todo bien”.

“Los organismos de control funcionan mal por falta de competencias”, afirmó Colombo. Por otro lado, indicó que el sistema de control falla porque no tiene consecuencias jurídicas para los funcionarios incumplidores de la ley.

La dificultad surge -según la escritora- cuando se le exige a la propia persona u organismo auditado que persiga y castigue esa irregularidad, luego de ser señalada. El sistema de auditoría no funciona porque los organismos de control “sólo tienen facultades para producir información”.

La abogada, por otro lado, aclaró que los problemas de los organismos de control “no dependen de la buena o mala voluntad de los auditores, sino de la buena o mala calidad del sistema institucional que les da competencias”.

A su vez, indicó que el libro no es una crítica a los organismos, “ni mucho menos una crítica a los auditores”. Es más, con el libro se busca empoderar a los organismos de control.   

Agenda pública

“Poner un granito de arena a lo que consideramos una prioridad total para garantizar la calidad de nuestras instituciones: fomentar un debate serio y responsable respecto a cuáles tienen que ser las características del sistema de control”, según Colombo ese es el objetivo del texto.  

Por otro lado, la escritora identificó otro problema: los sistemas de control no cuentan con un lugar en la agenda pública, y esto afecta el “buen funcionamiento” de los organismos. “Es necesario generar una discusión seria y profunda que involucre a toda la sociedad respecto a cómo tiene que ser el sistema de control”, completó.

La última vez que, en el país, se debatió el tema fue con la sanción de la Ley 24156. “Pasaron 30 años, nunca más se volvió a discutir, ni a poner en cuestión si el régimen que tenemos sirve o no sirve”, reflexionó la licenciada. 

La participación ciudadana, a su vez, es la “clave para el éxito” de un debate serio sobre las características que tiene que tener un sistema de control eficaz sobre la administración pública. Además, Colombo sostuvo que el libro es un “aporte” en torno a la necesidad de esa discusión. 

“Los organismos de control son, en todo caso, la fuente primaria de información con la que debería funcionar el periodismo”, resaltó Colombo.

Denuncias de corrupción

Durante los últimos años, las denuncias de los grandes casos de corrupción se iniciaron por investigaciones periodísticas o por la existencia de arrepentidos. “Difícilmente encontrábamos que los organismos de control de la administración tuvieran el rol cimero que entendíamos que tenían que tener para resguardar la legalidad de la actividad administrativa”, señaló la autora. 

“Los organismos de control son, en todo caso, la fuente primaria de información con la que debería funcionar el periodismo”, resaltó Colombo.

Presentación del libro El control de la administración pública