Hoy es el Día del Pago Igualitario en nuestro país porque para que una mujer equipare el sueldo de un hombre en un año debe trabajar tres meses extra.

No es una cuestión única de nuestro país, sino que también se conmemora en otra fecha a nivel internacional para “representar los esfuerzos constantes por conseguir la igualdad salarial por un trabajo de igual valor. Esta lucha se basa en el compromiso de las Naciones Unidas con los Derechos Humanos y contra todas las formas de discriminación, incluida la discriminación contra las mujeres y las niñas”.

De hecho, existe la Coalición Internacional para la Igualdad Salarial, dirigida por la OIT, ONU Mujeres y la OCDE, cuyo fin es lograr la igualdad de remuneración entre mujeres y hombres en todo el mundo. 

Un poco de historia

Desde 1951 existe el Convenio de la OIT sobre igualdad de remuneración. Se trata del primer instrumento internacional que aborda la cuestión y surgió luego de la II Guerra Mundial, período durante el cual las mujeres se incorporaron de forma masiva a la fuerza de trabajo. Argentina se adhirió en 1956 y aún está vigente.

La desigualdad salarial fue una forma de discriminación en el mundo del trabajo.

¿Qué entendemos por pago igualitario? La Coalición internacional lo define como “asegurar que las mujeres y los hombres que realizan trabajos idénticos o similares reciban la misma remuneración. También significa que las mujeres y los hombres deberían percibir el mismo salario cuando el trabajo que realizan es completamente diferente, pero puede demostrarse que tiene el mismo valor al evaluarse sobre la base de criterios objetivos. Estos criterios objetivos tienen en cuenta factores como las competencias, las calificaciones, las condiciones de trabajo, los niveles de responsabilidad y los esfuerzos que requiere el trabajo”.

Situación argentina

La brecha salarial en nuestro país se estima en un 25%, pero no es el único problema si analizamos el mercado laboral y las diferencias entre varones y mujeres.

En ese sentido, la ganadora del Premio Nobel en Economía, Claudia Goldin, sostiene en sus estudios sobre mercado laboral que las diferencias entre hombres y mujeres fluctúan y están ligadas a fenómenos políticos, culturales y sociales. 

En Argentina, parte de esa brecha puede explicarse por la penalización a la maternidad que existe en el mercado laboral.

Un informe realizado por Fundación Éforo en base a datos oficiales estima que la inactividad de las madres (37%) casi duplica a la de las mujeres sin hijos/as (21%) y que en el sector informal es donde más se intensifica la brecha salarial: el salario promedio de las mujeres ocupadas en trabajos informales representa la mitad de un salario formal, situación que se agrava más para las madres. 

De hecho, la mayor penalización salarial por maternidad recae en las mujeres jóvenes (entre 18 y 29 años) que no conviven en pareja. Ellas son las que tienen los salarios más bajos del mercado laboral.

Las mujeres jóvenes madres se ven atravesadas por el hecho de que además, justamente son las personas jóvenes las que tienen un 50% más de posibilidades de acceder a un trabajo informal que un adulto. 

Las causas son múltiples, como así también las herramientas para transformar esa realidad. Políticas públicas que consideren el diagnóstico; el trabajo articulado de sectores público y privado; la participación de sindicatos; y el compromiso cotidiano que cada uno de nosotros puede asumir para desarmar los estereotipos y prejuicios que aún persisten en la sociedad a la hora de incorporar a más mujeres en igualdad de condiciones con los varones al mercado laboral.